La temida deflación no se instaló finalmente en la economía española en 2009 y los precios armonizados -medidos igual en todos los países de la Eurozona- cerraron diciembre y, con ello, el ejercicio con una subida del 0,9%, su segundo mes al alza, tras ocho meses en negativo.

Pese a culminar en positivo y superar en cinco décimas la tasa interanual registrada en noviembre, se trata del cómputo de cierre de año más bajo desde 1997, cuando comenzaron a medirse los precios de forma homogénea en toda la Zona Euro.

Así lo apunta el indicador adelantado del Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) difundido por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que desde el pasado mes de marzo hasta octubre registró tasas interanuales negativas, las primeras de la historia de este indicador.

De coincidir el IPCA con la inflación general (IPC), que se conocerá el 14 de enero, también supondrá un mínimo histórico de cierre de año, pero en este caso desde hace 48 años, desde 1962. Este comportamiento se debe, sobre todo, al efecto base de los precios de la energía que a finales de 2009 casi duplicaban los de 2008. Así, el precio medio del barril Brent de petróleo -de referencia en Europa- fue en diciembre de 75,21 dólares, frente a los 43,05 que costaba en 2008.

Además, con el dato definitivo del IPC de diciembre se activarán las cláusulas de revisión salarial de los convenios colectivos siempre que la tasa de inflación supere a la previsión pactada por empresarios y sindicatos, algo que ocurrirá en muy pocos casos.

En los últimos meses desde el Ejecutivo se ha insistido en que el año terminaría con tasas positivas de inflación, aunque muy moderadas.

Por su parte, la inflación de la Eurozona aumentó cuatro décimas en diciembre hasta situar su tasa interanual en el 0,9%, frente al incremento del 0,5% registrado en noviembre, según la primera estimación elaborada por la oficina comunitaria de estadísticas, Eurostat. De confirmarse esta el dato, la inflación en España se situaría en el mismo nivel que en la Eurozona.