Diario del Carnaval

Los mandamientos de Momo

  • Unos 5.000 feligreses del espíritu carnavalero recogen el decálogo que José Antonio Vera Luque lega a los gaditanos para 'santificar' la fiesta

Las imágenes del pregón de Momo de Vera Luque

Las imágenes del pregón de Momo de Vera Luque / Lourdes de Vicente

No hubo un Moisés (ni un Moi) "rollito ajín Charlton Heston" pero sí 5.000 creyentes para recoger la palabra, beberla, comerla y elevarla hasta que el mundo arda. La palabra de nuestro dios. Del Dios Momo. Dos grandes fichas de dominó por tablas de la ley y una pandilla de apóstoles del donaire y la picardía son suficientes para transmitir los mandamientos si el decálogo sale desde las tapaeras del sentío de un carnavalero al que no le tiembla el pulso y le ronquea la voz de vivir lo que ayer en la Plaza de San Antonio, en teoría, se quemaba. Un carnavalero, José Antonio Vera Luque, que se enfunda el traje del espíritu mismo del Carnaval para dictar un legado que debe sobrevivir a las llamas.

Primero: Amarás al Dios Momo sobre todas las cosas. Segundo: No cantarás coplas de Paco Alba en vano. Tercero: Santificarás las fiestas. Cuarto: Honrarás al Peña y al Masa. Quinto: Matarás (de risa). Sexto: Cometerás actos impuros. Séptimo y octavo: Ni robarás, ni darás falsos testimonios... Es decir, no harás el chufla en Carnaval. Noveno: No consentirás pensamientos ni deseos impuros... Otra cosa es que los tengas. Décimo: No codiciarás los pelotazos ajenos.

La encomienda parece fácil, incluso gustosa de acatar, pero por si algún díscolo tuviera la tentación de rebelarse, el Dios Momo dicta sentencia muy bien rodeado por sus hermanos de sangre, los momitos, que no son otros que su familia carnavalera, su chirigota; por algunos de sus ángeles primigenios, Selu Piulestán, Paco Chouza y Fernando Casas Bati, los que pusieron la primera piedra de la que sería su iglesia cuartetera; por algunos de sus hijos (¿quizás algún día pródigos?) que ahora ponen banda sonora al carnaval de la calle (la chirigota 'Perros callejeros 3') o hilo musical a la vida de los que cada vez más los escuchan (el grupo de música Los Vivos) y por algunos de los miembros de una joven formación que acaba de estrenarse en el Olimpo de sus dominios, el coro 'La reina de la noche'.

¿Cómo no convertirse ante esta auténtica yihad de la risa, el buen gusto y el cachondeo? ¿Cómo no rendir pleitesía al Dios Momo que fue sacrificado para que sus cenizas, las cenizas del Carnaval, se queden flotando, colándose por cada poro del gaditano, venciendo así a las rígidas tradiciones de Doña Cuaresma? No hay escapatoria ninguna cuando es Vera Luque, autor del primer premio de chirigotas del COAC 2017, el que ejecuta un pregón resbalando la justa palabra, haciendo el parón preciso y disfrazando el tono como sólo un cuartetero de cuna puede hacerlo.

"Somos los hinchapelotas, vente con nosotros, esta es la afición..." El padrenuestro de los veristas es el rezo de entrada, a las nueve y media clavá, interpretado por los momitos con sus bufandas atadas en las cabezas. El mantra surte su efecto. San Antonio está captado. Y lo estará durante la hora justa sobre la que se desplegó la proclama de Vera Luque, que prometía que su pregón:

"Va a estar bueno/ yo lo sé/ he pillado de modelo/ el de Pablo Carbonell"

Y no sólo el pregonero del Carnaval del pasado año se llevó su toquecito a lo largo del decálogo. También el horario de marras en el que terminó la Gran Final:

"que tu jefe te llama pa trabajá / el sábado de Carnavá/ justo a la hora de dar los premios de la Final/ Osea, a las 6 de la mañana.../ o a las 7.../ o a las 8.../ o a las 9 o a las 10"

O incluso hubo lugar, en las postrimerías del romance, para reavivar la llama de un asunto un tanto polémico sobre la fiesta (muy aplaudido, por cierto):

"Vamos a cuidarla señores/ Y si al punto hay que llegar/ de reformar un poquito las fechas/ para poderla mejorar/ ¿Por qué no abrir el debate/ y que hable la ciudad?/ Que sería una maravilla /esta fiesta tuya y mía/ si entre medio siempre pilla/ el día de Andalucía"

Y entre toquetazo y toquetazo...

"Sin las venas marcá en el cuello/ más tranquilito, chiquillo/ que Moreno cantaba en la punta/ con una mano metía en el bolsillo" (...) "Tú puedes ser el primero en el Falla, tú puedes pasar a la final, cantar y ganar/ pero si no te veo en la calle/ tú no vale ná de ná" (...) "El cubata (en la carpa) no es barato, tampoco es caro/ es normal... sí normal/ cuando vayas a pedirlo/ lo mismo te piden un aval" (...) "Para mí la calle es otra cosa/ que no digo que no haya que beber/ ¿Pero tanto trabajo cuesta/ beber, pero beber bien?" (...)"Por un premio te vuelven la cara/ por un premio te dejan de hablar/ que si todavía fuera el Premio Gordo de Navidad" (...)

"Queremos libre creatividad/ no queremos condiciones/ sólo queremos Carnaval/ y eso es lo primero/ y lo segundo, ya si eso... ser profesional" .

...relata también el Dios Momo las dudas del autor ("¿pasodoble de cachondeo?/ no tiene pellizco ninguno/ ¿tres por cuatro de la viña)/ otra vez lo mismo. Yo no lo veo/ no vaya a saca muchos tiestos/ que eso es sevillaneo/ si canta mu bien, chungo/ porque suena acomparsao/ po entonces cantemos malamente/ chungo también, desafinao...") y rinde homenajes por doquier, a los miembros de su chirigota, relatando los modos y modismos de cada uno, a las formaciones callejeras, a la delantera "de otro planeta" de la comparsa de Antonio Martín (entonando el pasodoble que 'Los del planeta rojo, pero rojo, rojo' le han dedicado en el Concurso), a la simpática y mítica relación entre el coro y la lujuria (entonando 'La reina de la noche' aquellas Dos novias bonitas de 'La Plastilina') y a su cuarteto del alma ("pero guardo ciertos recuerdos de hace más de 19 años y más de 500 noches/ de cuatro tío ensayando/ metíos dentro de un coche").

Diez mandamientos dan para mucho, incluso para sostener y estructurar un pregón que se convierte en ley.

Diez mandamientos para no olvidar a los ancestros y para encarar el futuro. Diez mandamientos antes de morir y renacer.

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