Si caminito del Falla

El 'ánge', una actitud que forja una ciudad

  • Tino Tovar da una nueva vuelta de tuerca a su idea de comparsa con 'El ángel de Cádiz', una creación que se mueve "entre la trola y la melancolía"

Si caminito del Falla | El ángel de Cádiz / JULIO GONZÁLEZ

Entre la marea humana que cada año se da cita en la peña Juan Cojones para acompañar a la comparsa de Tino Tovar en los minutitos de la ansiedad, encontramos al autor de sonrisa perenne, exquisitas maneras y, esta vez, con mil y una historias en los bolsillos del chaquetón. Bien pudieran ser las de Pericón, las de Chano, las del Beni, las de Mariana, las de un viejo coplero de postín, o las de cualquier gaditano anónimo que al fondo de la barra de un bar tiene la frase perfecta, interpelada en el momento perfecto, en la reunión perfecta para dejar al personal doblado en carcajadas. El ánge, "ese golpe inesperado, ese faro que ilumina una conversación", es el chispazo que ha encendido la nueva creación del autor que supone una vuelta de tuerca, una más, a su idea de comparsa.

Los niños corretean y los amigos y las familias dan jarilla para pasar el rato mientras que los comparsistas se embarcan en el proceso de transformación que no es tan físico como "de actitud". Porque 'El ángel de Cádiz', título de la agrupación de Tovar, es "un tributo" a todos esos personajes (de los que nunca olvidaremos sus nombres y de los que nunca conoceremos) que se mecen "entre la trola y la melancolía", la propia esencia de Cádiz hecha carne porque, como acierta Tovar, ya se contaba a sí misma "desde los tiempos de Herodoto" el filósofo griego que dice que se encontró a un fenicio que le habló de que en Gadir.... "Cádiz, vete tú a saber qué le contaría", ríe entre bromas.

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Melancolía y faroleo (como aquel encendido que tuvieron que apagar en una porfía si no le quitaban unos kilitos a un pescao) forjan a Cádiz para un autor que no se cansa de salir de su "zona de seguridad" para explorar otros mundos y "otras melodías". "Cuando me siento cómodo en un lugar musicalmente, por ejemplo, me gusta salirme de ahí y probar cosas, y ver qué pasa", explica el creador que para ello se apoya en "un grupo sin el cual no podría hacer esto, de hecho, no saldría sin ellos porque me conocen, porque saben que yo hasta noviembre no llevo nada y tienen la paciencia de esperar y de aguantar si les cambio lo que sea...". Y de interpretar y mutar en la piel de un nuevo personaje que Tovar ha dibujado "empapándome y palpando ese ánge tanto en toda la literatura que hay sobre el tema como en vivo y en directo", disfruta.

Su formación será la encargada de materializar esa idea difusa para el foráneo, pero tan clara para todo gaditano, de lo que es 'El ángel de Cádiz' con el diseño de vestuario y atrezzo de Keko Trinidad y el maquillaje de Pinceladas. Un grupo cuya base comenzó a perfilarse con 'Volver a empezar', se asentó con 'Juana la Loca' y que en estos años ha sufrido pocos cambios. En esta edición, por ejemplo, sólo veremos un nuevo rostro, el de Óscar Ruz.

"Fue Jose (Otero) que es un buen amigo mío el que me lo propuso y aunque tenía algunos reparos con volver al Carnaval y a una comparsa de primer nivel no me lo pensé dos veces y dije que sí porque Jose es un gran amigo y porque este grupo humano es extraordinario", asegura el comparsista que regresa a la competición tras cinco años, desde 'Los muñecos de Cádiz'. "Para mí, a nivel personal, ha sido un reto ponerme a la altura vocalmente de los compañeros porque eran cinco años sin cantar en el Falla, pero lo he intentado", sonríe modesto el carnavalero "emocionado" e "ilusionado" con volver a pisar las tablas del coliseo.

Una meta que se acerca, apenas dos calles y unas pocas horas los separan del estreno, de lucir figura y maneras en uno de los tipos más sencillos pero más complicados en los que transmutarse. ¿Qué es el ange, Tino? "El ánge es, por ejemplo, aquello que en la Viña uno le dijo a Rafael Alberti mientras el poeta intentaba pelar unos langostinos prácticamente momificados. Eso que cuenta Fernando Quiñones que estaba presente en ese momento". Ánge es decirle a Alberti mientras se peleaba con el apetitoso pero intratable crustáceo: "Don Rafael, la próxima vez le ponemos una cremallera". Pues eso.

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