Hacienda amigos

Sevilla, ¡qué arte!

Cuando ellos disfrutaban de su majestuosa feria de casetas privadas de señoriteo y no sabían de emoción más que los lances de Curro Romero y las sevillanas del Pali, nosotros cantábamos Tangos en El Miña Terra, El Malagueño, La Tienda La Cabra, El Cuco…, acompañados de repiqueteo de palmas y pasodobles a nudillos en mostradores de tiendas de vino de Chiclana y viejos comparsistas.

El carnaval de Cádiz y su concurso de agrupaciones era innato, solo de aquí. No nos conocían más allá de la Bahía. Solo por casualidad se derramaron coplas en Tenerife y Montevideo.

Pero llegó la televisión y por la ambición de dos pesetas y de estirar el pescuezo para salir en la pequeña pantalla, empezamos a vender nuestra más firme tradición; el carnaval cantado, la fiesta de las coplas y la gracia.

Nos metieron las sevillanas por zajones y en un despliegue de cosmopolitismo gaditano, las aprendimos a bailar para darle vida a las casetas de las fiestas típicas y la recuperada Velada de Los Ángeles. Mientras, los miarma, empezaron a aprenderse los pasodobles y cuplets de nuestra fiesta gracias al video y a las galas de carnaval de Cádiz que se celebraban en el Lope de Vega. Hasta que decidieron acudir a Cádiz a intentar hacer lo que hacemos. Echaron mano de autores de Cádiz para que le ayudásemos a concursar en nuestro teatro Falla. Les hemos enseñado la forma de cantar y hemos llevado nuestra gracia natural, tan diferente al chiste del Gandía de turno. Les llevamos coplas recientes en plenos carnavales a la Plaza del Salvador. Les abrimos las puertas de Cádiz y del Falla. Les aplaudimos y les damos cariño. Les vendemos las entradas del concurso del Falla antes que al gaditano, para que llenen el teatro y puedan gritar ¡campeones, campeones!, antes que se levante el telón.

Tarde o temprano harían su propio concurso, mientras, nosotros vendemos coplas a bajo precio por cantar bajo la Giralda y peleamos por pertenecer a un patronato para ayudar a cavar la fosa donde enterrar el descafeinado concurso del Falla.

Ahora la Diputación de Sevilla organiza un concurso en el que todos los miembros de las agrupaciones deberán haber nacido en Sevilla o ser residentes en la provincia de Sevilla. Me parece perfecto y en su derecho. A ver si nos enteramos, y sobre todo los del Patronato; nos están diciendo lo que tenemos que hacer en Cádiz. Ni más ni menos.

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