Diario del Carnaval

Un museo muy vivo

  • El alcalde recorre el Palacio de Recaño con Diario de Cádiz y describe un proyecto que lo tiene enamorado

  • "Es el sitio ideal para instalar el museo, que queremos que sea un centro de interpretación por el que se pueda viajar por el tiempo a través de nuestras coplas"

Quizá porque donde mejor se refleja el enamoramiento sea en los ojos, mientras que José María González recorre las elegantes estancias del Palacio de Recaño, donde en un futuro no muy lejano debe ubicarse el Museo del Carnaval, su mirada cobra el entusiasmo de un niño que relata a su padre el mejor gol de su vida. El alcalde de Cádiz se ha enamorado. Del proyecto, del edificio, de las posibilidades de un enclave magnífico, cargado de historia, de un palacio que cuenta con la más alta de las torres vigía de la ciudad más americana de Europa, situado a apenas 70 metros de la casa donde vio la luz por primera vez El Tío de la Tiza, padre de esos Duros Antiguos que tanto dieron que hablar, cerquita de la catedral de la fiesta, de ese Gran Teatro Falla donde cada año se reza a ritmo de bombo y caja, a tiro de piedra de la Viña, del Mercado o del yacimiento arqueológico Gadir. El alcalde se ha enamorado y, mientras nos enseña su visión del futuro museo, contagia ese estado casi febril a quienes le acompañamos en la visita. "Es el sitio, lo veo", repite conforme va descubriendo nuevas salas, escaleras de mármol que ascienden rotundas, ventanas desde la que se divisa el mar, y la plaza, desde la que uno casi oye los trinos de las bandurrias, azoteas que dominan el cielo y miran de tú a tú a la Catedral. Es el sitio. No hay duda.

Después de vaivenes, de proyectos fallidos, tan habituales en una ciudad donde poner de acuerdo a las instituciones parece tarea reservada a héroes, de ubicaciones desechadas (plaza de la Reina en la Viña o Guerra Jiménez, junto al mercado), la idea del equipo de Gobierno de José María González es que el Palacio de Recaño se reencarne en Museo del Carnaval. "Contar con una joya arquitectónica como esta, con catalogación BIC por parte de la Junta, una casa que recrea perfectamente el caserío de la ciudad en el XVIII, además de valores añadidos, como el hecho de estar a pocos metros de la casa de nacimiento del Tío de la Tiza, y no aprovecharlo no tiene sentido", decía el alcalde mientras miraba extasiado el hermosísimo patio, que pese a no usarse desde la marcha del Conservatorio de Música a la Escuela de las Artes presenta un buen estado de conservación.

Desde que llegaron a la Alcaldía, los miembros del equipo de gobierno de las formaciones Por Cádiz Sí Se Puede y Ganar Cádiz en Común tuvieron claro que el Palacio de Recaño cumplía los requisitos para albergar el Museo del Carnaval. "Estamos hablando de un edificio de titularidad municipal, que está en buenas condiciones, por lo que sólo necesitaría una buena reforma para adecuarlo al uso que tendría en el futuro, pero que nos ahorraría el hecho de tener que construir un nuevo equipamiento. La potencialidad que tiene este edificio es enorme", comentó el alcalde a Diario de Cádiz y también a los concejales que le acompañaban: Martín Vila, David Navarro y María Romay, además de José Vicente Barcia, su jefe de gabinete, y José Luis Porquicho, su jefe de prensa.

Nuestro primer recorrido por las dependencias del histórico edificio arranca por la planta baja. Todavía únicamente existe un anteproyecto, cuenta Daniel Domínguez, técnico del Área de Urbanismo que se ha encargado de su redacción y que también está presente en la visita. El alcalde nos informa que en la planta baja se ubicará la taquilla, la tienda, una exposición "que no sabemos aún si será la permanente o la temporal, eso ya lo veremos más adelante", los aseos y una recepción. "En el aljibe incluso se podría montar un estudio de grabación", dice el alcalde, que se deja llevar por la ensoñación y se pregunta si no sería ideal construir un bar con sabor a Cádiz, "una recreación del bar Los Pabellones, por ejemplo, con sus fotos, su historia, su rincón del veneno incluso".

Debido al máximo nivel de protección del edificio, que es un Bien de Interés Cultural (BIC), la idea es tocarlo lo menos posible, respetar la ornamentación y, todo lo más, adaptar alguna escalera. Y precisamente bajando unos cuantos peldaños desde el patio se encuentra uno de los tesoros escondidos del Palacio de Recaño, un coqueto auditorio con aforo para unas 130 personas. "El Teatro del Tío de la Tiza -suelta el alcalde-. Porque lo que queremos es que el Museo del Carnaval sea un centro vivo, no una mera exposición de tipos, gorros y fotografías. Lo que buscamos es que haya actuaciones, ponencias, congresos, que los visitantes que lleguen a la ciudad puedan empaparse de nuestra fiesta todo el año, que se cree empleo, que dinamice la zona, que se mueva la economía en definitiva. Que además de poder disfrutar del contenido de esta magnífica casa palaciega se goce del contenido museístico".

Tras dejar atrás el auditorio y salir nuevamente al patio principal, sin que nadie se arrancara a cantar un triste pasodoble, y eso que no faltaron ganas de estrenar el futuro Museo del Carnaval como Dios manda, la comitiva sube hacia la entreplanta, donde el alcalde informa que se situará la sala de juntas, la sala de prensa, la exposición temporal o permanente -la que se descarta de ubicar en la planta baja-, un centro de proceso de datos, una sala de investigación, y otra multimedios con biblioteca, fonoteca, hemeroteca y cabinas de audio. "Lo que queremos es que los visitantes puedan hacer un viaje en el tiempo a través de las coplas del Carnaval de Cádiz", manifiesta González. "Por supuesto que habrá un espacio expositivo, pero queremos que sea un museo vivo, que se pueda sentir, que en el bar se sirva comida típica de la ciudad, que la gente tenga una visión general y coherente de lo que supone para Cádiz su Carnaval".

El Palacio de Recaño cuenta con casi 3.000 metros cuadrados, teniendo en cuenta que al edificio original se le añadió posteriormente un anexo donde se ubicó el colegio de Jesús, María y José, cuyas aulas hicieron las veces de camerinos del año 87 al 90 y la preselección del 91, cuando el Concurso se trasladó al Andalucía por la rehabilitación del Falla.

Tras alcanzar la segunda planta, el alcalde relata que aquí se instalará un centro de investigación y docencia. "Nuestra idea es trasladar aquí lo que hacen los colegios de manera particular con el programa Carnaval en la Escuela". Porque, más que un museo, lo que el alcalde tiene en mente es fundar un Centro de Interpretación del Carnaval que lo mismo acoja un Congreso que una exposición.

La idea de González es que la transformación del Palacio de Recaño en Museo del Carnaval arranque "en esta legislatura". Para ello la presidenta de la Junta de Andalucía ya prometió en el Ayuntamiento la pasada semana aportar de inicio un millón de euros. Con este dinero, y otro millón de salida que pondría el Consistorio, se encargará el proyecto final y se iniciarán los trabajos, que costarán bastante más, aunque de momento prefieren no dar una cifra concreta. Además, el equipo de gobierno ya tiene en mente su siguiente paso. "Vamos a organizar una ponencia sobre el Museo del Carnaval para contarle a la gente nuestros planes y que se enamoren del proyecto tanto como lo estamos nosotros". Una vez que esto se logre, el Ayuntamiento recurrirá al mecenazgo, promoviendo una Fundación de Amigos del Museo del Carnaval que podría recaudar donaciones tanto de entidades privadas como de aficionados que la fiesta tiene repartidos por medio mundo.

El anteproyecto sí que recoge los rudimentos tanto físicos como de musealización, pero ahora hay que seguir avanzando.

La visita al futuro museo concluye en la tercera planta, donde hay sitio para cinco almacenes de clasificación y salas de reuniones. Durante todo el paseo hemos observado que el nivel de conservación es bueno. Incluso la carpintería está en aceptables condiciones, así como las ventanas, por las que se desparrama esa intensa luz que Cádiz regala a sus habitantes.

Ya en la azotea, junto a la que se alza majestuosa la Torre Tavira, se puede comprobar una maravillosa vista de ese Cádiz de azoteas que se extiende por las calles Sacramento, San Miguel, Londres, Marqués del Real Tesoro. Al fondo la Bella Escondida en José del Toro, y abajo todo Cádiz, visible desde un palacio que sueña con ser museo.

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