homenaje a paco alba

"Estoy seguro de que Paco nos está cuidando desde ahí arriba"

  • Antonio González Torres, del que El Brujo decía: "El mejor caja, El Pinche"

Antonio González Torres, El pinche, era ya un caja de prestigio cuando se incorporó al grupo de Paco Alba en 'Los fabulistas'. Había salido anteriormente, durante siete años, con la comparsa de Guido Torres Gonzalez, El Canario, en 'Los gitanos canasteros', 'Los tonis', 'Los pistoleros', 'Los cacos', 'Los pajareros', 'Los zíngaros' y 'Los mayorales'.

Paco andaba detrás de él y, explica, por medio de Moreno, le ofreció salir con ellos el año de 'Corrusquillos gaditanos', pero, "aunque me atraía, naturalmente, la idea de salir con Paco Alba, no quería dejar a este hombre, me refiero al Canario".

Cuando éste dejo de escribir, Torres se incorporó a 'Los Beatles de Cádiz', de Enrique Villegas, con los que realizó una gira de nueve meses por España, en la que actuaron, entre otras, en la sala de Manolo Caracol.

Llevaba casado sólo nueve meses, cuenta, cuando "me volvió a llamar El Charpa para acompañar a 'Los beduinos' en su gira, que se prolongó incluso después del Carnaval en el que Paco sacó 'Los senadores romanos', ya que el grupo, en el que ya me había integrado, se repartía para atender los diferentes contratos...".

Antonio recuerda que, aunque Paco no permaneció con ellos todo el tiempo, con frecuencia viajaba a Madrid, donde tenían establecido su cuartel general, o a algunos desplazamientos por diversas ciudades. "Nos reíamos mucho con él -explica- porque era muy miedoso y le gastábamos bromas".

"Una vez, en la fonda donde parábamos, porque entonces el dinero que se ganaba no daba para un hotel, a Paco le tocó dormir junto a una pared por la que pasaba la tubería de la calefacción y le despertaron los ruidos que hacía. Se fue corriendo a buscar a uno de nosotros, diciendo: Déjame tu cama, que yo no duermo ahí, que seguro que hay fantasmas, porque se oyen las cadenas".

Como conocían esta debilidad del genio de la comparsa, no perdían oportunidad de asustarlo, sobre todo El Charpa, con el que mantenía una eterna disputa por cual de los dos era un poquito más alto que el otro. Todos recuerdan aquel día que Paco por poco se muere, al ver avanzar un perchero con un sombrero y un abrigo que El Charpa empujaba por detrás emitiendo sonidos siniestros.

De los miedos y las supersticiones de El Brujo se podía escribir todo un libro, a tenor de lo cuentan quienes le conocieron. Su hija recuerda que era de los que si iba a salir de casa y se cruzaba con un gato negro, se daba media vuelta y no ponía un pie en la calle. Como es natural, tampoco sacó nunca una comparsa de piratas y, si al poner la televisión para ver los resultados de las quinielas, salía el anuncio de los pastelitos Bucanero, la apagaba y decía: "iNada, ya no me toca!". Antonio González, que es hombre de pocas palabras, menos figurar y mucho sentimiento, sabe que "Paco Alba siempre habló a todo el mundo muy bien de mí y decía el mejor caja, El Pinche, aunque personalmente nunca me lo dijo". Su modestia no le evita contar, orgulloso, como "a la gente de Paco todo el mundo la conocía y me encantaba oír decir al pasar por la calle: Mira, ese es el cajilla que sale con Paco Alba".

Él piensa que no es para menos, "porque Paco era un fenómeno. Innovó la comparsa y la hizo nueva y, como persona, nadie de nuestro grupo puede decir nada malo de él, sino todo lo contrario. No era solamente el autor de nuestra agrupación sino un amigo de verdad". "Y -añade- a la hora de salir a la calle a cantar, que entonces era las 24 horas, nos daba mucha moral. Nos decía. Si no podéis cantar con la garganta lo hacéis con las manos".

En cuanto a su trato con extraños, "a pesar de que como artista era vanidoso, eso lo dejaba para cuando estaba entre nosotros, pero si, por ejemplo, actuábamos ante gente muy importante, no era de los que se ponía delante, para figurar. Al contrario: si podía, los esquivaba. Además, nunca cuando alguien que no fuera de la casa estaba presenciando un ensayo, nos interrumpía o nos corregía delante de la gente, para no cortarnos".

Antonio González Torres forma parte también de la Antología de Paco Alba que sigue defendiendo, como el primer día, las coplas de su maestro. Está seguro que "desde arriba, Paco está guardándonos a todos para que podamos seguir cantándole y manteniendo nuestra ilusión, que sigue siendo la misma, aunque no somos ya unos jovencitos, ni mucho menos".

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