Si caminito del Falla

Embaucadores y depredadores

  • Los integrantes de la comparsa de Nene Cheza se transforman en atractivos y malvados personajes.

Si caminito del Falla | Los depredadores / JULIO GONZÁLEZ

El punteao de las guitarras suenan de fondo, mientras Nene Cheza retoca el nudo del pañuelo de uno de los suyos. Una especie de corbata aleopardada a juego con un elegante traje de chaqueta de color morado salpicado de tachuelas y pinchos, con el que quieren trasladar a la escena del Gran Teatro Falla la esencia "embaucadora pero depredadora" de su comparsa. "Somos depredadores sociales, nada de animales, depredadores en forma de políticos, asusta viejas, banqueros, empresarios explotadores, curas que abusan de menores...", adelanta poco antes de tomar el camino hacia el coliseo del tono crítico con el que cada año sella su agrupación, que esta edición se llama 'Los depredadores'.

"Venimos con letras cañeras, como siempre, porque justo se está perdiendo la esencia, el principio básico de hacer periodismo cantado, de denunciar y criticar cantando", esgrime Nene Cheza, que este Carnaval comparte autoría y aventura con el autor portuense José Luis Zampaña.

Un personaje, un tipo que sale de una idea suya originaria, a la que ha dado forma el diseño de Queco Trinidad. "Hemos tomado los colores que usa Disney para los personajes malévolos", con la elegancia y la buena presencia por delante, claro. "No representamos a animales como nos decían, pero sí que tenemos unos toques felinos integrados en el tipo, como el pelo que a modo de cola atraviesa su chaqueta por la espalda, así como la presencia de plumaje de fantasía de su chaqueta o las plumas que brotan de su sombrero de copa, a su vez abrazado por una cadavera entre el esqueleto de dos manos.

Un conjunto cuyo toque final confiere el equipo de maquillaje de Look Art Studio que lidera Francisco Martín. "Que venga otro", demandaba ayer. Porque se maquillan de cuatro en cuatro. "La idea es escenificar a una especie de galán, a base de la sombra en los ojos con detalles de leopardo, y unos arañones en el rostro de purpurina de fantasía". Un maquillaje que remata la barba, de varios días, que llevan tintada también en morada y con brillos. "¿No te has dejado la perilla?", pregunta uno de los componentes a otro. "Para qué, para cuatro pelos que me salen", ríen entre bromas y nervios. Porque los nervios afloran de una u otra forma. "Ya no estoy tan nervioso, ya deseando soltar el repertorio más bien", explica otro de los depredadores de Nene Cheza que, a su vez, no quitaba ojo a su grupo -que se fue transformando en La penúltima, en la calle Solano-. Así vigilaba uno a uno los detalles del disfraz, del maquillaje y hasta el remate final de la pluma en el sombrero de copa.

"Es importante la buena presencia, la elegancia para llevar a nuestro terreno a la víctima de esta sociedad", detalla el autor de la comparsa que ayer era cabeza de serie. Una comparsa que casi siempre defiende su puesto en la semifinal, y con la que llegan con paso firme, "muy contentos y satisfechos con el repertorio".

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