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Desafío independentista

Planeta pide diálogo "con respeto a la ley"

  • José Creuheras propone crear "una comisión que pueda reformar la Constitución y abrir una vía" para encontrar la solución al conflicto.

El presidente del Grupo Planeta, José Creuheras, en rueda de prensa. El presidente del Grupo Planeta, José Creuheras, en rueda de prensa.

El presidente del Grupo Planeta, José Creuheras, en rueda de prensa. / EFE

El "relato" del independentismo catalán, si se radiografía, se encuentra lleno de números. Las cifras estaban, están, detrás de un discurso potente, hecho épica, que parece tan lejos de la calculadora. Y son también las cifras, por último, las que parecen haberlo atemperado.

Había ayer cierto clima de tristeza en el tradicional encuentro con los medios de comunicación con motivo de la entrega, esta noche en Barcelona, del sexagésimo sexto Premio Planeta. El grupo editorial catalán anunció el pasado martes el traslado de su sede social a Madrid, un movimiento que se sentía como inevitable pero que resultaba, también, "doloroso".

Así lo definía el presidente de Planeta, José Creuheras, quien comenzó su intervención apuntando que no era su intención "escapar de preguntas" pero sí "focalizar la cita en los libros, que contribuyen a hacer de la sociedad algo mejor". Centrarse, para variar, quizá por puro agotamiento, en aquellas cosas que unen, no en las que separan.

Creuheras recordó que desde su nacimiento, en el año 49, Planeta se había convertido en el "séptimo grupo editor" a nivel mundial gracias "al enorme esfuerzo de muchas personas". Es líder en publicación en español y catalán y el segundo sello editorial en lengua francesa. "Pensamos que hemos aportado nuestro granito de arena en hacer de Barcelona la capital mundial de la literatura en castellano", defendió.

Barcelona no hubiera sido sinónimo de centro literario si no hubiera dado cobijo a figuras como José Manuel Lara, el fundador de Planeta, o a la visión literaria de un Carlos Barral, cuyo sello forma parte también del grupo editorial. Barral, con sus fotos de fauno y su Flash Flash, moderno con barba antes de los modernos con barba. Qué zarpazo. Más allá de lo material, el traslado tiene mucho, es inevitable, de pérdida simbólica: "Los proyectos empresariales necesitan marcos estables y reglas del juego claras para desarrollarse. Ante la situación de inseguridad jurídica que plantean los acontecimientos, y para preservar los intereses de todos los implicados: inversores, colaboradores, autores, trabajadores, tomamos la decisión de trasladar nuestra sede social a Madrid", explicó José Creuheras. Un movimiento -subrayó- que obedece "exclusivamente a motivos empresariales".

En la caja del gato de Schröringer, en la no-república del gato de Schröringer, no hay sitio para los números ni para las letras. "Nos sentimos parte de Barcelona, Cataluña, España y Europa -continuó el máximo dirigente del Grupo Planeta-. Y tenemos muy en consideración a nuestros trabajadores, así que las distintas sedes de la editorial permanecerán donde están ahora, e intentaremos que todos los puestos de trabajo sigan en su lugar".

Apelo a los políticos a que intenten trabajar desde este marco hace unos meses impensable"

Los consejos editoriales de la empresa, como es lo habitual, tendrán lugar ahora donde se encuentra su sede social, en Madrid. El galardón enseña de la casa, el Premio Planeta, seguirá entregándose, sin embargo, en la Ciudad Condal. Eso, al menos, es lo que los directivos de Planeta contemplan en este momento: "Si hace seis meses me hubierais preguntado si nos íbamos a trasladar a Madrid -apuntó Creuheras-, habría dicho que no". El presidente de Planeta no quiso suavizar las implicaciones del cambio de sede social y definió el traslado como una decisión "dolorosa y muy grave" y, hoy por hoy, "definitiva".

José Creuheras quiso hacer pública también una "reflexión personal" a la luz de los últimos acontecimientos en Cataluña. "Tenemos la suerte de vivir en una sociedad madura y con una democracia fuerte -apuntó el empresario-. Pienso que este conflicto ha de resolverse desde el diálogo con respeto a la ley, a partir de un acuerdo sobre la posible creación de una comisión que pueda revisar la Constitución y abrir una vía. Apelo a los políticos a que intenten trabajar desde este marco hace unos meses impensable".

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