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Las vergüenzas quedan al aire

  • Entre el líder Barça y el Sevilla, cuarto, median los mismos 36 puntos que pueden bastar a más de uno para lograr la salvación · Es probable que al Madrid no le valga ganarlo todo en la segunda vuelta salvo el clásico

Sólo falta que el Real Madrid declare oficialmente su fe católica y el Barcelona su condición protestante, o viceversa, para que la Liga, nuestra Liga, se vista definitivamente con los ropajes de la escocesa, es decir, con ese kilt (la mal llamada falda escocesa) que a veces deja al aire las vergüenzas. Vergonzante, o casi, ha sido que los dos grandes hayan jugado, literalmente, una competición paralela, y que lleguen a la última jornada sosteniendo un pulso que los demás ven en platea, ni siquiera desde el patio de butacas. Es tan admirable esa lucha de colosos como deplorable la competitividad de este campeonato que acaba.

la pesadilla de stern

Cuando se baje el telón de esta tragicomedia, muchos de esos clubes que han sido simples comparsas, y que facilitaron con sus votos este decorado, anuncian para el verano una protesta corporativa para que los repartos televisivos se replanteen y que Madrid y Barça cedan parte de su abultado trozo del pastel. Sería un buen modo de evitar lo que parece inevitable, una tiranía bicéfala que acabe por hastiar al espectador neutral, al que no es madridista o barcelonista. Es difícil imaginar una NBA en la que los Lakers y los Celtics acaparen el 90% de las estrellas y de las victorias; sería la mayor de las pesadillas para la gran cabeza pensante de ese fabuloso espectáculo-negocio, David Stern. Pero aquí, la pesadilla es tan real como los ¡28 puntos! que el Barcelona saca de ventaja al tercer clasificado, un Valencia que se regocija de no tener que jugar la previa de la Champions. Es lo que hay cuando el presupuesto de ese club levantino es cuatro o cinco veces menor que el de los dos únicos clubes españoles que no paran de ganar adeptos en Japón o en Marruecos, el FC Barcelona y el Real Madrid.

Las dos últimas jornadas han terminado de convencer a los pocos incrédulos que pensaban en cierta capacidad de sublevación al orden establecido. El miércoles, el Real Madrid pasaba por encima del Mallorca (1-4), que se quedó sin aire en la segunda parte después de ponerse 1-0. Se entregó al poder irresistible de Cristiano Ronaldo. Y el Mallorca era entonces el cuarto de la tabla, un aspirante a la Champions. Tres días después, el Barça de Messi hizo algo parecido con el Sevilla (2-3 que pudo ser un 2-6). El líder, que será campeón de nuevo si gana al Valladolid en el Camp Nou, sometió a un equipo que, con su 1-5 en Santander, acababa de destronar a los mallorquinistas de esa plaza de Champions.

El Barcelona ha dejado escapar 15 puntos en toda la Liga. El Real Madrid, 16. Y con nada menos que 111 en juego.

El Barça se ha quedado sin marcar en sólo dos partidos de este campeonato, fuera ante Valencia y Espanyol.

En 22 jornadas de las 37, el Real Madrid ha acabado con al menos tres goles en su haber. Es probable que el Real Madrid acabe con pleno de victorias en la segunda vuelta, si se exceptúa el clásico. Y que ese fabuloso acelerón no le valga para nada.

Entre el Barcelona y el cuarto clasificado, el Sevilla, median 36 puntos, que, curiosamente, es la cantidad de puntos que podrían bastar al Xerez para asegurar la permanencia en Primera División. Un dato rotundo.

ese quíntuple empate

Tan rotundo como el estímulo que ha supuesto el argentino Néstor Raúl Gorosito para los xerecistas, que serían los quintos de la tabla si se contabilizan las 14 últimas jornadas, casi nada. Si hubiera relevado al Cuco Ziganda un mes antes, igual está el Xerez hasta fuera de la quema. Pero aún se puede salvar.

La premisa en este epílogo es ganar en Pamplona y alcanzar los 36 puntos. También tiene que darse una condición que ha siso la constante de esta Liga: que ganen Barcelona y Real Madrid, ya que conlleva las derrotas de Valladolid y Málaga, con lo que éstos igualarían a 36 puntos con los azulinos. Y la tercera condición, es que entre Racing y Tenerife caiga al menos uno de ellos. El Racing juega en casa, y ante el Sporting de Preciado, pero el Tenerife viaja a Mestalla, así que ojo...

El Málaga, si gana, se salva. Pero recibe a un Real Madrid que apura sus opciones de Liga. Si pierden, los malaguistas necesitan que también caigan Valladolid (fácil), Tenerife (fácil, pero menos) y Racing (difícil), y que además no gane el Xerez en Pamplona. Lo mejor que le puede pasar al equipo de Muñiz, es que el Barça golee pronto al Valladolid y que el Real Madrid, como consecuencia de ello, baje los brazos. En cualquier caso, se avecina otra jornada de transistores y miocardios desbocados.

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