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La salida de jugadores va camino de problema serio

  • Al club no le está resultando fácil soltar a los futbolistas que no cuentan para Calderón

Al Cádiz le está costando sudor y lágrima conseguir que la salida de Lucas Lobos no sea la única en el mercado de invierno. Pero es así no sólo por el objetivo de vender a otro jugador para seguir haciendo caja. El asunto es que a la entidad no le vendría mal contar con una vacante más al margen de la existente desde el verano y la que ha quedado ahora con la marcha del argentino. Dos huecos para el delantero y el extremo derecho que se buscan con urgencia.

La posibilidad de contar con un tercer refuerzo pasa por dejar hueco libre en el vestuario. Si no hay ofertas para traspasar, los dirigentes esperan opciones interesantes para prescindir de jugadores que no entran en los planes del entrenador o que forman parte de una demarcación en la que sobran efectivos. Son los casos de la portería y la defensa.

Mucho se habla de la posibilidad de que Limia o Armando dejen el equipo, así como De Quintana o Yago si finalmente no se produce el traspaso de De la Cuesta.

Al día de ayer todavía no había una oferta por algún componente del equipo, ni de cara a traspasos ni de cara a cesiones. Es más, casos como el de Miguel García se están complicando más de lo previsto a pesar de que ha sonado como refuerzo para algunos conjuntos punteros de Segunda B.

La Ponferradina, que ha firmado a Aitor y que es un equipo en el que agrada el albaceteño, parece haber cerrado el grifo ahora en el mercado invernal y podía ser un buen destino para un futbolista que cuenta poco para Calderón.

Tampoco se ha producido una propuesta en firme por De la Cuesta, otro candidato a dejar Cádiz a cambio de una buena cantidad de dinero que podría llegar de Valladolid.

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