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La reacción rusa deja a España fuera del torneo

Rusia disputará una semifinal olímpica de tintes históricos ante los Estados Unidos que, durante tres cuartos enteros, también estuvo abierta a la selección femenina de España, superada finalmente por el mismo equipo que el año pasado, en la final del Europeo 2007, la relegó al segundo escalón del medallero.

La selección nacional sólo concedió una ventaja en toda la primera parte (3-2) que desapareció en las brumas de un 1-6 (4-11 en el minuto 5) agrandado hasta una serie de 7-19 en el primer cuarto (10-21). España desplegó una defensa de libro, como en las noches precedentes dentro de los compromisos de la primera fase -salvo en la segunda parte ante los Estados Unidos, que impusieron su ley como un tanque-. El seleccionador español, Evaristo Pérez, además, contó con un arma de alcance intercontinental: Amaya Valdemoro. La madrileña apareció sobre el parqué a falta de tres minutos para la bocina del primer corte y, siete más tarde, ya sumó diez tantos en el acta.

España había establecido poco antes la mayor distancia del choque. Un 12-30 que exigía frotarse los ojos para admitirlo como algo real y no confundirlo con un espejismo. Pero la formación española, cuya valía viene avalada por cuatro medallas consecutivas en las citas continentales europeas (tres bronces y una plata), rezuma poderío mental. Estaba más que preparadas para la inevitable remontada rusa y batirse en el cuerpo a cuerpo. Contuvieron el incesante acercamiento de las ex soviéticas hasta los últimos compases del tercer periodo, cuando Oxana Rakhmatulina subió la segunda renta positiva de las rusas al marcador veintiséis minutos después del 3-2 (50-49 en el 28).

La eliminatoria, a golpe de rachas alternas, por fin deambulada por el terreno de la lógica. El intercambio de golpes atravesó un apogeo pleno. Hammon lanzó un órdago psicológico al equipo español desde el arco de triples (54-51) y, acto seguido, Montañana replicó al otro lado del campo (54-54), así que Rusia y España se citaron para librar un duelo al sol en el último y definitivo asalto, abierto con un punto de renta para las de Igor Grudin (56-55) y muchos problemas en ataque para la selección de la eñe.

La zona rusa causaba estragos y daba alas a los contragolpes y la velocidad que Hammon y Tatiana Schegoleva, principalmente, conducían hasta la red de España. Las rusas, además, abrieron una brecha dentro de la pintura que también producía una sangría de rebotes ofensivos. El conjunto español tardó casi tres minutos en mover el tanteador al principio del periodo final (66-56, en el 34).

La semifinal se alejó a pasos agigantados hacia Moscú y hasta allí viajó pese a la bravura de las internacionales de la furia. El podio del Europeo 2007 refleja un hecho indiscutible que volvió a ponerse de manifiesto en Pekín. Rusia es mejor que España, que es el segundo mejor equipo del Viejo Continente y que ha sido un dignísimo cuartofinalista de los Juegos Olímpicos chinos. Es más, el mero hecho de haberse clasificado para los Juegos ya había supuesto todo un éxito para el baloncesto femenino español.

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