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Un penalti apaga el bochorno del Madrid

  • Cristiano otorga el pase en la prolongación con un gol desde los 11 metros

  • La Juventus llega a igualar el 0-3

Un gol de penalti de Cristiano Ronaldo en el minuto 97 clasificó al Real Madrid para las semifinales de la Liga de Campeones, que despidió a una Juventus muerta en la orilla del éxito, en un partido épico y a la vez trágico para Buffon.

Los de Massimiliano Allegri salieron al campo como un volcán en plena erupción. Arrasaron en los primeros diez minutos, revolucionaron la eliminatoria y pusieron nerviosos a novedades como Vallejo. El defensa blanco pareció acusar la trascendencia del partido. No se entendió con Varane y, además, Douglas Costa desestabilizó continuamente a Marcelo. Con esos agujeros y sin la jerarquía de Sergio Ramos llegó el primer gol de Mandzukic, que remató un centro desde la banda derecha de Khedira. Se avecinaba un buen lío.

Entonces apareció Kroos para calmar el ímpetu italiano. El alemán fue el único capaz de aportar alguna idea en medio de la tormenta. Modric estaba espeso y su compañero dio un respiro de media hora al Madrid en una buena pelea con Pjanic.

Pero Kroos, de vez en cuando, consiguió comerle el terreno y el cuadro blanco, pese a sus errores y carencias, tuvo alguna ocasión. Entonces, apareció Buffon, que se quería despedir a lo grande de la Liga de Campeones.

Salvó un mano a mano y un disparo a Isco, además de un remate a Bale, otra vez casi desaparecido en combate, empeñado en dar bandazos a pierna cambiada. El galés sentó a Benzema, pero firmó una primera parte para el olvido.

Y en medio de esa aparente felicidad, apareció de nuevo Mandzukic con su cabeza de lujo para batir a Keylor Navas en una jugada parecida a la primera. El croata se fajó de un timorato Casemiro e hizo su segundo tanto. Del lío se pasó al terror. Miedo, era la palabra que definía el ambiente que se respiraba en el Bernabéu.

Zinedine Zidane no esperó para hacer cambios. En la segunda parte salieron Lucas Vázquez y Asensio. Se fueron Casemiro y Bale.

Con esas novedades, el técnico francés consiguió controlar un poco más la pelota y el ímpetu turinés se frenó. Pero la inquietud flotaba en el ambiente, porque el Madrid tampoco generaba peligro. Se mascaba la tragedia y en cualquier acción aislada podía llegar.

A falta de media hora, llegó. A Keylor Navas se le escapó un centro que rebañó Matuidi para poner el 0-3 en el marcador.

La peor pesadilla posible se instaló en el Bernabéu. Encima, el Real Madrid seguía sin generar nada. El Juventus no dejaba huecos y de vez en cuando rondaba el área de Keylor Navas. Y en las pocos acercamientos blancos, aparecía Buffon, inmenso en el que decían que iba a ser su último partido europeo. Por lo menos, en los últimos diez minutos, el Real Madrid tiró de casta. Sin ideas, no había otra opción. Y con arrestos, de nuevo Varane, tras revolverse en el área, y Cristiano, con un cabezazo, pudieron hacer el tanto que habría dado la clasificación.

Pero el fútbol es caprichoso y cruel. Cruel para el Juventus, que firmó una gran actuación. Mereció mucho más. Murió en la orilla porque Cristiano Ronaldo marcó de penalti en el tiempo añadido. Benatia cometió una pena máxima sobre Lucas Vázquez, Buffon desesperado fue expulsado y acabó como Zidane en el Mundial su aventura en Europa.

Aplaudido por todo el estadio, el portero se marchó cabizbajo mientras esperaba la sentencia desde la banda. Cristiano no falló, salvó la temporada del Real Madrid y el equipo de Zidane seguirá con vida en un partido en el que el Juventus engrandeció el fútbol.

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