Papeleta, y de las buenas, la que se le presenta esta tarde al Cádiz con la visita al estadio Ramón de Carranza del Elche, histórico rival de los amarillos que a estas alturas de la temporada está metido de lleno en la pelea por el ascenso de categoría -es sexto a siete puntos de la tercera posición- y cuyos números lo convierten en todo un peligro a domicilio.

De hecho, los ilicitanos llegan a Cádiz con la vitola de segundo mejor visitante de la categoría de plata merced a los 27 sumados lejos del estadio Martínez Valero (8 victorias, 3 empates y 7 derrotas), estadística mejorada tan sólo por el Nástic de Tarragona, que ha conquistado 28 puntos en los campos de Segunda División que en los ha hecho acto de presencia hasta el momento.

El equipo de José Bordalás, que llegó al banquillo ilicitano en la séptima jornada de Liga para sustituir a Claudio Barragán y enlazó una espectacular racha de nueve jornadas sin conocer la derrota -5 victorias y 4 empates-, sufrió el pasado fin de semana un inesperado traspié casero (2-3) ante el Villarreal B que presenciaron 32.000 aficionados blanquiverdes..., una derrota ante el filial castellonense que no debe llevar a engaño, pues la trayectoria del equipo ilicitano en el último tramo liguero es envidiable. Para más inri, lejos de casa los de Bordalás han saldado sus tres últimas visitas con cómodos triunfos frente a Betis (0-3), Real Unión (0-3) y Cartagena (0-2), datos nada halagüeños en la víspera del encuentro de Cádiz.

La visita del Elche supone, además, un cambio de tercio para el conjunto de Víctor Espárrago, que desde el pasado 21 de febrero -cuando empató a dos con el Hércules- no recibía a un rival que está pujando por el ascenso, habiéndose enfrentado en las últimas jornadas a equipos que tratan de eludir el descenso, además de al Villarreal B, salvado desde hace varias jornadas y que, como filial, no aspira a dar el salto de categoría.