Balonmano

Un nuevo consuelo de bronce

  • España se colgó la medalla tras una segunda mitad prodigiosa · Croacia se derrumbó ante el brío de los españoles

La selección española se colgó su tercera medalla de bronce olímpico en doce años después de ganar a Croacia (29-35) en un partido marcado por el desplome de los croatas en una segunda parte donde los campeones Olímpicos encallaron ante el brío, el empeño, la viveza y el resurgimiento de la roja.

Sin embargo, el guión del encuentro empezó de un modo diferente. La selección española tardó hasta cuatro minutos en ver la portería contraria. Alberto Entrerríos, que estaba físicamente tocado, marcó un gol que estuvo vigente hasta el minuto siete, síntoma de que España salió bloqueada en ataque. Jugaba muy rápido, sin pausa alguna y con demasiado apremio.

Sin embargo, los de Juan Carlos Pastor salieron enchufados en defensa y Hombrados también. Con el pivote muy abierto, Croacia buscaba los huecos que los españoles se empeñaban en dejar sellado. La cosa no iba mal 5-5 (12').

La única rémora era no aprovechar las superioridades, pero eso no es nuevo, es un déficit adherido al equipo español. Por el contrario, dos exclusiones de Belaustegui lastraron a los de Pastor, los croatas se marcharon 8-6, pero España recurrió a Prieto e Iker para equilibrar la balanza. Un gol de Juanín García puso a los españoles por delante (9-10).

Albert Rocas, el mejor español del torneo, incluido en el equipo ideal olímpico, no estuvo especialmente iluminado, pero España era un equipo y donde no llegaba uno llegaba el de al lado. Sólo así se podía contrarrestar la fortaleza de Ivano Balic y los suyos.

El central croata se fue al banquillo con un amago de lesión muscular pero volvió aún con más fuerza. Su talento siempre marca las diferencias. Ayer también y Croacia, última campeona olímpica, se fue al descanso con dos arriba con España otra vez bloqueada en ataque, sobre todo desde los nueve metros. Los españoles parecían físicamente más enteros, pero Croacia manejaba mejor el ritmo. Su control fue admirable en esta fase, siempre inteligentes y eligiendo la mejor opción. Hombrados paró, y mucho, pero al descanso el 14-12 no hacía sino reflejar el notable sprint final de los balcánicos.

Un parcial de 3-0 en la reanudación cambió el estado del partido. De la mano de Hombrados y de Víctor Tomás, España se puso 14-15. Fue una fase valiente, colérica y decidida de los españoles y Croacia se tambaleó. Sin embargo, los gigantes no se desploman fácilmente y los croatas todavía aguantaron en pie, aunque no mucho.

Que España estaba más entera en el aspecto físico era una evidencia, por eso el partido acabó siendo una riña de la fuerza y la velocidad contra la técnica, la experiencia y el carácter ganador de los croatas.

España se agarró a sus extremos, Juanín, Víctor Tomás y Davis, para colocar un 19-21 en el electrónico que ya invitaba al optimismo. Durante mucho tiempo España estuvo dos goles arriba. Mediado el segundo periodo se puso 22-26. Los de Pastor ya estaban hilvanando la cinta de la medalla y el técnico vallisoletano lo sabía. ¡Ya lo tenemos!, decía desde el banquillo.

Croacia se paró en seco en la frontera de los 22 goles. Ahí estuvo el partido. Balic aparecía cansado y España apretó todas las clavijas en defensa. Las luces en ataque las encendieron entre todos, Belaustegui, Iker, Entrerríos o Prieto, todos ayudaron para colgarse el bronce mientras a Croacia se le fundían los plomos.

La selección española tuvo ayer alma de equipo. La medalla fue la consecuencia lógica de su espíritu de equipo solidario. Es el tercer bronce olímpico en doce años. El balonmano español, como se comprobó ayer, sigue arriba.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios