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Cádiz | marbella · la crónica

Con un minuto no basta

  • Inicio El equipo de Javi Gracia reacciona en un abrir y cerrar de ojos al 0-2 con el que asustan los malagueños Final Toedtli le da la vuelta al partido y Pedro hace justicia con el empate definitivo

La mejor defensa no es un buen ataque. El Cádiz puede dar fe de de ello. El equipo de Javi Gracia anotó ayer tres goles, pero encajó otros tres, y tuvo que conformarse con sumar un solo punto ante un Marbella que, con diferencia, es el mejor equipo que ha pasado por el Ramón de Carranza. Con sus camisetas negras, los pupilos de José Luis Montes se apoderaron de la personalidad que vive en el fantasma del Conquense y metieron el miedo en el cuerpo al líder del grupo IV a base de sustos.

Nada más empezar el partido, Kiko Casilla tuvo un resbalón en el área chica que sería premonitorio sobre lo que a la postre iba a ocurrir: el segundo resbalón del Cádiz en casa en lo que se lleva de temporada. Pero el susto se iba a quedar pequeño teniendo en cuenta lo que estaba por venir. El Marbella, perfectamente ordenado sobre el terreno de juego, no se amilanó ante el habitual arranque amarillo que provoca una sonrisa de orgullo en el técnico y en el aficionado y puso caras largas en el Ramón de Carranza. Caras largas, caras raras: caras no habituales. Una acción de peligró del Cádiz acabó con una contra mortal del conjunto malagueño. Corría el minuto 17 y Santi Moreno, el mejor jugador sobre el campo con el permiso de Mariano Toedtli, entraba por la banda derecha como Pedro por su casa hasta batir a Casilla. La solidaridad amarilla en todas las líneas se había desdibujado y el error de David García no fue enmendado por ningún compañero. Mansilla, quien no tuvo su día precisamente, corría con su par, Fragoso no se decidía a hacer la cobertura... En medio de las dudas se colaba una verdad: el Cádiz se veía de nuevo en el Ramón de Carranza con el marcador en su contra.

El Marbella no se echó para atrás con el gol a favor. No se sintió raro y se creció. Seguía disfrazado de espíritu de fantasma y su obligación era dar otro susto. Y no tardó mucho en merodear con susurros lúgubres por al área de Casilla. Pedro, otro peligro visitante, se internaba con el balón y Mansilla le hacía un penalti que sembraba dudas en la grada. Y entre las dudas, otra verdad: Santi Moreno transformaba la pena máxima y el Cádiz se veía por primera vez con cero a dos en el marcador.

Todos los guiones se habían roto por llegar tarde a la película. Los amarillos habían salido dormidos al campo y era el propio Marbella el que le despertaba con dos sustos de categoría. De Segunda División B. Javi Gracia mandaba a calentar a Rubiato y a Rosu y los ayer titulares se quitaban el pijama. Hasta entonces, sólo López Silva parecía haberlo dejado bajo la almohada.

Quedaban cinco minutos para que acabara la primera parte y los jugadores amarillos se ganaban el derecho a tomarse un descanso. En un minuto, el líder alejaba los fantasmas y renacía de sus propias cenizas. Primero marcó Chietino en propia puerta, adelantándose a Ormazábal tras un pase de Toedtli, y al instante el ex del Poli Ejido de cabeza tras un buen centro de Fleurquin. En un abrir y cerrar de ojos, las caras no habituales en la grada fueron las habituales. De dar por bueno el empate, el equipo volvía a sentirse ambicioso.

La escuadra de Montes había dominado hasta ese minuto fatídico para sus intereses y el Cádiz era ahora quien ejercía de Cádiz. Toedtli era el hombre del partido y todo lo hacía bien, hasta de espuela. Carlos andaba desaparecido, bien maniatado por Chietino, yendo a buscar el balón más abajo, donde Fleurquin y la mejor versión de Ormazábal luchaban con dos perros de presa. Enrique, perdido hasta entonces, empezaba a hacer de las suyas. Santi Moreno daba un serio susto con una vaselina que acababa en el palo, Casilla metía dos manos salvadoras... Podía pasar de todo.

A media hora del final, el árbitro pitaba una mano al borde del área. David García decía "esta es la mía", pero el asistente decía que no, que no era la suya porque la mano había sido dentro del área. Toedtli transformaba el penalti, el árbitro mandaba a repetirlo, y Toedtli volvía a transformarlo. Para cuando el Cádiz preparaba un nuevo fascículo de su colección de victorias, Pedro, tras una gran jugada por banda izquierda de Chus López, daba el susto definitivo logrando de fuerte tiro el empate a tres definitivo.

No pudieron sumarse seis de seis consecutivos en el Ramón de Carranza y el líder sigue siendo líder, ahora con seis puntos sobre el Poli Ejido, próximo rival el próximo domingo.

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