El Atlético de Madrid viajó a Hamburgo con las maletas repletas de sueños europeos, pero también con una doble inseguridad: teme caer siendo el gran favorito y no sabe aún si sus aficionados podrán llegar a Alemania.

Nunca antes el conjunto rojiblanco se sintió más favorito en víspera de una final como la que disputará mañana en la Liga Europa. El modesto Fulham inglés es su rival y las apuestas dan como ganador al Atlético de Madrid. Pero el club español es capaz de conseguir lo más difícil y también de caer en las situaciones más inesperadas.

Un buen ejemplo de ese carácter imprevisible se mostró esta temporada, que comenzó con el despido del técnico Abel Resino. Y pese a que se anunciaba una campaña catastrófica, como ha sido en la Liga, resulta que el conjunto colchonero acaba el curso disputando dos finales, la de la Liga Europa y la Copa del Rey.

Para alimentar los temores a una fatalidad, un hecho: sus hinchas llevan días soñando con la final y ahora las cenizas del volcán islandés Eyjafjalla ponen en peligro el viaje. Cuando se conoció la clasificación del Atlético de Madrid las agencias de viajes trabajaron con urgencia para proponer diferentes ofertas para volar a Hamburgo a los aficionados rojiblancos, eufóricos con el sueño de presenciar un triunfo continental.

Ante lo caro que resulta viajar a Hamburgo con tan poca antelación, la mayoría de los aficionados se decantó por la opción más económica: desplazarse únicamente para presenciar el partido y no pasar ninguna noche en hoteles. Pero las cenizas volcánicas ponen en peligro la opción de viajar el mismo día del encuentro, ya que existe la posibilidad de que se cancelen los vuelos.

"Vamos con intranquilidad, con la inseguridad por el vuelo y que los aficionados puedan llegar. Pero también con la ilusión por conseguir un título europeo que no tenemos y que necesitamos", explicó Miguel Ángel Gil, director general de la entidad, antes de viajar a Hamburgo un día antes de lo previsto para evitar problemas.

El Atlético de Madrid, considerado uno de los grandes clubes de España por palmarés y aficionados, anhela un título europeo que le devuelva parte del prestigio continental perdido en las últimas décadas. Hace 24 años que no disputa una final continental y la semana siguiente tendrá otra, la de la Copa del Rey ante el Sevilla, a la que llegará marcado por lo que suceda en Hamburgo, si las cenizas volcánicas lo permiten.