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Deportes

De la galantería a las teorías sobre la espalda

La hípica está llena de lugares comunes, tópicos que arrastra este deporte desde siempre. A un conversador tranquilo como Astolfi se le pregunta al respecto, sabiendo que no tendrá el cuchillo entre los dientes. ¿Es la hípica un deporte de o para gente bien? ¿O más bien es una disciplina durísima con muchas horas de trabajo? "A un amateur, que está trabajando todo el día, con estrés, le gusta evadirse con su caballo. Es un deporte en el que se tarda muchos años en dominar al animal, en coger bien las posiciones, poco a poco tienes que conseguir que el caballo no te huya, que haya confianza... Eso evade mucho a la gente porque depende de ti mismo. Si te enfadas con él, él lo hará contigo; buscas mejorar mirando a otros jinetes, preguntando, dominando más tu cuerpo encima del caballo... Es algo muy satisfactorio y quizás no se lo pueda permitir todo el mundo. Para el profesional es una vida muy bonita, aunque de muchas horas, muchos viajes, como si fuera un circo, cada semana en un sitio distinto, maleta para arriba, maleta para abajo".

Otro de los estereotipos a los que se recurre con muchísima frecuencia vincula a los jinetes con galanes de películas hollywoodienses. El sevillano da sus explicaciones: "La propia competición te exige ir aseado. Y quizás en este mundo hay gente muy rica, pero con pocos recursos también. Aunque insisto en que a todos los eventos deportivos de alta competición se va siempre arreglado. Un galán tiene tal condición montando y sin montar, los hay en la hípica y en la calle. Es como cuando dicen que el caballo fastidia mucho la espalda, a lo que yo respondo que más me la fastidia a mí un coche bajito. Me das un Ferrari y me mata la espalda, mientras que con el caballo la tengo perfecta".

Desde la década de los 80 ha sido Astolfi foco de atención de la prensa rosa. No tiene una sola palabra más alta que otra cuando da su opinión: "No he tenido problemas de ningún tipo por ser un personaje al que se conoce. Es obvio que la libertad que tiene alguien anónimo y que pasa desapercibido tiene sus ventajillas. Pero ser conocido también te abre muchas puertas. A la hora de la verdad, todo depende del trato que tengas con la gente".

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