Jugar en Balaídos a falta de cinco jornadas para el final tendría que servir para pelear por estar en lo más alto, pero no es así. El Cádiz acude a Vigo con la necesidad de sumar tres puntos que le pueden dar la tranquilidad que busca desde hace meses. Y enfrente estará un rival que acaba de despertar del sueño de volver a Primera y que se ha dado cuenta de que está más cerca de la cola que de la cabeza. De ascender a descender en un suspiro. Sus entrenadores han ido cayendo por no estar donde debería y ahora, el cuarto de la temporada tiene la papeleta de evitar una catástrofe porque el Celta sí arrastra una deuda espectacular y bajar a Segunda B supondría un primer paso hacia el abismo.

Viajaba ayer el Cádiz perfectamente ataviado con el disfraz de cordero, consciente de que si cumple con lo que debe hacer sobre el campo, puede dar hoy un gran paso hacia la certificación de la permanencia. Buen ambiente en el grupo y la mentalización adecuada para afrontar un partido en el que la afición local va a despertar a sus jugadores por las buenas o por las malas, como sucedió ayer en A Madroa. No hace mucho que los futbolistas amarillos no eran del todo conscientes del peligro que corrían si no cambiaban de actitud y ahora pasa lo mismo con los célticos, que están sólo cinco puntos por encima del puesto decimonoveno, pero que continúan en estado de shock.

Para aprovecharse de ello, Raúl Procopio va a poner sobre el campo un equipo con la consigna de tener el balón y de usar con inteligencia el pase largo para ganar la espalda a la defensa local. Mucho tocar y poco conducir para no perder balones donde no se debe. Las líneas muy juntas, no cometer faltas al borde del área… Realmente, parte del decálogo sagrado de los entrenadores. Además, el técnico se ha percatado que había algunos jugadores cuyo rendimiento estaba por debajo de la media en las últimas jornadas y ha optado por mandar al banquillo a Contreras y De la Cuesta. De César Caneda hay que esperar que rinda igual de bien que siempre, aunque hay que desear suerte a Limia después de tantos meses sin regularidad. La segunda vuelta está siendo muy dura para el Celta, que acumula tres derrotas consecutivas en las últimas jornadas. Lo mejor que ha hecho recientemente es ganar al Numancia en Soria, como el Cádiz, y vencer al Hércules en Balaídos.

Y es que se puede esperar todo de un equipo en el que juegan futbolistas como Esteban, Lequi, Núñez, Canobbio o Perera. En su casa no ha sido todo lo regular que esperaban sus aficionados, pero seguro que hoy querrá calmar la tormenta que sacude Vigo con un triunfo ante otro equipo preso de la frustración.

Alejandro Menéndez, confiará en un once muy similar al utilizado por su predecesor en las últimas jornadas, en el que destaca tan sólo la presencia del ghanés Quincy Owusu, que apenas contó para López.

Quien no jugará será el delantero internacional chipriota Yiannis Okkas, que se cayó por decisión técnica de la convocatoria

En definitiva, un partido de lo más interesante en el que el Cádiz de Raúl Procopio debe demostrar que es injusto que lleve tres semanas sin ganar.

Para ello tendrá que volver a mostrarse como un equipo maduro y que sepa sufrir. Después, que la calidad del añorado Gustavo López y el olfato de Dani y Natalio hagan el resto.