El ascenso a Tercera División está en manos del Cádiz B, bien sujeto pero aún no puede guardarlo como un tesoro que ha tardado dos años en llegar desde el vergonzoso último descenso de 2015. El equipo amarillo hizo ayer los deberes en un Ramón de Carranza que vibró con la segunda parte de los suyos, aunque Xerez Deportivo, Ciudad de Lucena y Estrella San Agustín ganaron sus compromisos y aplazan el salto de categoría del filial. A pesar de la fiesta que se montó sobre el césped y de que el club anunciaba en su web la consecución del ascenso, la realidad es que el Cádiz B necesita sumar un punto o que la próxima jornada Xerez Deportivo, Ciudad de Lucena o Estrella de San Agustín no ganen su encuentro.

El regreso del Cádiz B a la capital tuvo dos caras. Una primera, hasta el descanso, en la que se mostró espeso en la creación y salida del esférico al no estar Javi Pérez tan fino como otras ocasiones. A pesar de esas dudas, Manu Vallejo, Pejiño y Paco Olano -de los mejores ayer en las filas amarillas- gozaron de ocasiones para poner en ventaja a su equipo. Sin embargo, lo hizo La Palma en una acción con un balón al área que Emilio remató casi en boca de gol tras un error en cadena del trabajo defensivo del filial. Y pudo ser peor porque otro remate de Emilio, esta vez a la media vuelta, lo salvó Adrián.

A la vuelta de vestuarios el conjunto de Baldomero Hermoso Mere salió más enchufado, consciente de que no podía dar la de arena ante los suyos en la vuelta al Carranza. Manu Vallejo, Paco Olano y Pejiño tiraron del carro para que una internada típica del chiclanero -cada vez recuerda más a su padre, el ex del Chiclana CF Javi Vallejo- la rematara David Toro. Casi sin tiempo para celebraciones en las gradas, Pejiño hizo una diablura para zafarse de varios adversarios y colocar el esférico lejos del alcance de Rafa Garrido. Golazo.

La remontada era una realidad ante La Palma, que ya sufría por las dimensiones del terreno de juego, pero el filial no levantaba el pie en busca del tanto que matara el choque. Lo hizo Manu Vallejo desde el punto de penalti. Con el carrusel de cambios en camino, se gustaban los yogurines para dejar el ascenso a un milimétrico paso hasta que otra vez Manu Vallejo arrancaba en una contra en la que entregaba un buen pase a Pejiño para que éste se fuera del encuentro con dos goles y un recital.

Paco Olano, David León y otra vez Manu Vallejo pudieron llevar el término goleada a paliza, pero la poca puntería y las intervenciones de Rafa Garrido lo evitaron. El 4-1 cerraba un partido de menos a más del filial cadista, que celebró con los suyos un triunfo que deja el ascenso a la vuelta de la esquina; muy posiblemente el próximo fin de semana en Cartaya.