Atletismo

Se esfuman las opciones

  • Juan Carlos Higuero logró el quinto puesto en una de las finales más rápidas de los 1.500 · Pestano protagonizó su enésima decepción en el lanzamiento de disco

Juan Carlos Higuero en 1.500 y Frank Casañas en disco consiguieron honrosos quintos puestos en sus finales olímpicas, en una jornada que prolongó la tradición de fracasos de Mario Pestano, sólo noveno en disco, en grandes campeonatos.

De haber repetido aquí Pestano la marca que hizo hace tres semanas en los campeonatos de España (69,50) habría conseguido el título olímpico con un margen de 68 centímetros sobre el segundo.

Higuero, por el contrario, cuajó su mejor actuación en unos grandes campeonatos, justo el año en que ha sido desposeído de su título nacional después de cinco años de victorias nacionales.

El bahrainí Rashid Ramzi lanzó el ataque decisivo a 200 metros del final y ganó con un tiempo de 3:32.94 por delante del keniano Asbel Kiprop, que le llegó a poner en serios aprietos, y del neozelandés Nicholas Willis.

Higuero ocupó posiciones retrasadas casi todo el tiempo, pero tuvo fuerzas para ganar en la última vuelta cuatro puestos hasta llegar al quinto, uno por delante de su mejor resultado hasta hoy, que databa de los Mundiales de Helsinki.

Frente al fracaso de Pestano (noveno cuando era uno de los tres favoritos), Frank Casañas consiguió un magnífico quinto en la final de disco con un lanzamiento de 66,49, su mejor registro del año. Casañas, atleta del Puma Chapín, logró ese tiro en la sexta y última ronda, a la que no pudo llegar Pestano, que se quedó por un centímetro fuera de la mejora, condenado al noveno puesto con una marca de 63,42, sin poder ejecutar más que tres lanzamientos.

Pestano y Casañas no empezaron con buen pie. En su primer tiro el canario rebasó a duras penas los 60 metros (60,46) y el ex cubano ni eso (59,54). Ambos mejoraron, y en parecida medida, en la segunda ronda: 62,84 Pestano y 62,16 Casañas. Se enfrentaban al tercer turno en los puestos octavo y noveno, respectivamente, en grave riesgo de no pasar a la mejora ninguno de los dos.

Pestano largó el disco a 63,42, una marca que le mantenía octavo, pero inmediatamente después el propio Casañas le dejó fuera de las tres últimas rondas con un lanzamiento de 64,46 que a él le daba el sexto puesto.

Casañas elevó su marca a 64,97 en el quinto tiro pero se guardó lo mejor para el final: 66,49, el quinto puesto y el mejor resultado de un discóbolo español en alta competición.

Jackson Quiñónez, finalista el año pasado en los Mundiales de Osaka, se clasificó para las semifinales de 110 m. vallas gracias a su tercer puesto en la última serie con una marca de 13.47. El plusmarquista español, que fue séptimo en la última final mundialista, necesitaba llegar entre los tres primeros de su serie o al menos una buena marca para tener opciones de ganar una de las cuatro plazas de repesca. Corrió la cuarta serie por una de las calles centrales, la cuarta, y se mantuvo a lo largo de toda la carrera en puestos de clasificación.

Por el contrario, Concha Montaner, volvió a fallar, como en Sydney 2000, la final olímpica al quedarse fuera en la calificación con una marca de 6,53. Montaner necesitaba olvidar su fracaso en Sydney, donde no fue capaz de hacer un solo salto válido. Hoy, en su primero se fue a 6,53, una marca estimable para empezar pero todavía a 22 centímetros de la marca de calificación. Pero después no mejoró: 6,42 y 6,43. Su marca no fue suficiente para estar en una final barata a la que se accedió con 6,60.

Tampoco entró en la final de los 5.000 Dolores Checa al acabar decimotercera en su serie.

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