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Fútbol l Tercera División

Cuando no entra el balón

  • El Cádiz B 'regala' una igualada al Pozoblanco en un partido que debe ganar por goleada y que la falta de suerte convierte en un manual de ocasiones falladas

El Cádiz B debería de haber ganado el partido por un resultado abultado, sin embargo entregó el empate a un rival que apenas inquietó al filial amarillo en el segundo tiempo.

Los jugadores locales salieron muy mentalizados en el campo y en los primeros minutos consiguieron encerrar al Pozoblanco en su área, aunque sin mucho acierto en el remate.

Lo que permitió que los visitantes se estiraran y tuvieran la primera oportunidad de verdadero peligro al cuarto de hora del encuentro, cuando Curtido recoge un balón sólo en el borde del área, tras una mala salida de la defensa cadista para forzar el fuera de juego, y su fuerte disparo sale alejado del larguero.

La mala fortuna, que iba acompañar al Cádiz B durante el resto del partido, apareció en el minuto 26 cuando un despeje orientado del Pozoblanco se cuela por la espalda de los defensores amarillos forzando la salida del portero Terrén, que no consigue atrapar el balón con las manos y se le escurre entre las piernas, un error que aprovecha Curtido para adelantar a su equipo.

El tanto fue un duro golpe para el conjunto de Raúl Procopio, que disminuyó la intensidad de su juego hasta que al borde del descanso, Bienve mete su cabeza ante la indecisión del portero, en un saque de falta de Juanje, y establece el empate que se mantendría hasta el final del partido.

En la reanudación, el encuentro tuvo un ritmo frenético en el que el Cádiz B mostró su mejor versión, pero sin remate.

El desencadenante del dominio local fue la expulsión del interior izquierdo del Pozoblanco Marín, que con una amarilla decide insultar a un rival por no echar el balón fuera cuando uno de sus compañeros estaba en el suelo. Lo curioso es que en la jugada anterior los papeles estaban invertidos y fue el propio Marín el que no tiró la pelota para que Julio fuera atendido. Una autoexpulsión que enfadó de manera evidente al técnico visitante José Antonio Neva y que se lo hizo saber a su jugador.

A partir de aquí el protagonista fue Manu Barreiro. En su primer partido como titular tuvo en sus botas las mejores ocasiones para hacer efectiva la remontada.

La ocasión más clara fue en el minuto 50 cuando hace un gran control, en un pase diagonal que se traga la defensa rival, para quedarse sólo ante Díaz y regatearlo con dificultad. El balón iba dando botes extraños por lo que quiso asegurar el gol, pero se la acomodó tanto que al final, con la portería vacía, mandó la pelota al palo.

En el 65 si consiguió traspasar la red, tras rematar un centro desde la banda derecha, que fue un coladero desde el momento de la expulsión de Marín, pero el árbitro lo anuló por fuera de juego.

La última ocasión del partido también la tuvo Manu tras volver a quedarse sólo frente al meta rival y decidir esta vez disparar a regatearlo, un fuerte tiro que se estrelló en el larguero.

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