Con más o menos levedad, la enfermería del Club Deportivo San Fernando está, en las últimas fechas, repleta de jugadores. Coincidiendo con la clasificación del equipo isleño como campeón, curiosamente, a Antonio Iriondo se le han ido cayendo efectivos conforme han pasado las semanas y, lo cierto, es que la situación, a algo más de dos semanas para el comienzo de la fase definitiva de la temporada, comienza a ser preocupante.

Los hombres que más serios problemas tienen son el argentino Wicha y Antonio Merino. El primero de ellos trabaja a marchas forzadas con la clara intención de poder estar disponible en la fase de ascenso. Cabe destacar que su rotura en el tobillo tuvo unos informes iniciales de, al menos, ocho semanas de baja, pero la recuperación va a un gran ritmo y se espera que, con mucha suerte, esté disponible para el partido de vuelta de la primera eliminatoria en Bahía Sur.

El segundo, el lateral izquierdo Merino, se ha confirmado una rotura en el cuadriceps y lleva dos semanas de recuperación. Igualmente se confía en su puesta a punto para el inicio de los play-offs.

Los demás se recuperan de diferentes molestias y, en el caso de algunos parece que éstas llegan a su fin, como es el caso del capitán Canito que lleva cuatro semanas de baja y, en ésta tendrá que cumplir un partido de sanción, ya que provocó desde el banquillo del domingo la quinta cartulina, por lo que en el último encuentro de Liga Regular podría reaparecer.

Sergio sigue con su recuperación en la rodilla, mientras que Moke sufrió un pinchazo en el aductor que lo tiene apartado de los entrenamientos, misma situación de Sergio Berro que, con unas molestias en el sóleo está entre algodones.

Ayer cayó el último hombre ya que David Moreno se lesionó en el tobillo en el transcurso del partidillo y su esguince también lo apartará del trabajo habitual algún tiempo.

Con este panorama y la sanción de Dani Marcos, Antonio Iriondo solamente cuenta con 14 efectivos para el partido del domingo ante el Pozoblanco.