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El cuento de hadas de los Juegos

  • Pese a la competitividad y la lucha por las medallas, en Pekín se están cumpliendo los sueños de otro tipo de atletas

La afgana Robina Muqimyar parecía salida del cuento de las Mil y una noches al tomar parte en la jornada de ayer en la serie clasificatoria de los 100 metros femeninos en el Nido de Pekín.

Con un pañuelo verde, brillante y con manchas de leopardo cubriendo su cabeza, pantalones y camiseta que recubrían sus piernas y brazos, la velocista afgana corrió según lo imponen las estrictas reglas islámicas.

"Me siento realmente feliz de estar aquí. Soy la campeona afgana", dijo la atleta de 22 años en un inglés algo entrecortado.

Y no importó que terminara última en los 100 metros con un tiempo de 14,80 segundos. Todo lo que cuenta es la experiencia ganada en los Juegos Olímpicos como única representante femenina de un país en conflicto, donde una mujer en el deporte no está bien vista.

Lo mismo sucede con Fathia Ali Bourrala, de Djibuti, la segunda corredora menos rápida con 14,29 segundos. Bourrala cubrió su cabeza con un pañuelo negro, también sus brazos y piernas.

"Es mi primera participación en los Juegos Olímpicos. No hay problema con que me cubra la cabeza, nadie me puso en un aprieto", dijo en un tímido francés después de la carrera contra mujeres más escasamente vestidas que ella como Chandra Sturrup, de Bahamas, que corrió bajo el mismo intenso calor.

De acuerdo con las reglas de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), cada país puede enviar un hombre y una mujer a eventos de gran envergadura como campeonatos mundiales y Juegos Olímpicos.

En Pekín, el Comité Olímpico Internacional se hizo cargo de estos deportistas como parte de su programa de solidaridad, que cubre los costos de 500 atletas. El COI también invitó a acudir a Pekín a 90 deportistas de distintas disciplinas para perseguir el verdadero espíritu olímpico, para el cual competir significa más que ganar.

"Por ejemplo, todo el equipo iraní está aquí por una invitación", dijo la portavoz del COI, Emmanuelle Moreau.

Irak también tiene a una velocista en los 100 metros, Dana Abdulrazak, quien bajó su marca personal en ocho centésimas, a 12,44 segundos. "No estoy feliz con el resultado. Tenía miedo de salir adelantada", dijo la iraquí, pese a haber logrado el mejor tiempo de su carrera.

Para la joven de 22 años, prepararse en su país, donde reina un clima de violencia, no es fácil. "El entrenamiento es duro con todas esas explosiones", dijo.

La intromisión de la política en los asuntos deportivos y la disolución del Comité Olímpico de Irak hizo peligrar su participación en los Juegos. Pero Abdulrazak no quiere culpar a su gobierno.

La política también fue tema después de que Gharid Grouf mejorara el registro palestino a 13,07 segundos. "Estoy muy feliz, fue el mayor desafío de mi vida", dijo. "Espero que este año sea mejor en las relaciones entre israelíes y palestinos", agregó la deportista tras su competición.

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