El Sevilla se impuso al Racing en un partido en el que se pareció más al equipo que ha brillado de la Liga de Campeones, en un encuentro intenso, con buen fútbol y emoción, y que se decantó por su mayor calidad individual.

Hasta el gol de Kanouté el partido estuvo igualado, con un Racing muy competitivo, aunque las ocasiones de gol fueron nulas. Después, el tanto del empate de Garay espoleó al equipo de Jiménez, que mostró su mejor cara.

Chevantón dio tranquilidad al transformar en su primera intervención una falta directa, y a partir de ese momento el Sevilla supo aprovechar los espacios dejados por el rival para sentenciar.