Al finalizar el partido entre Los Barrios y San Fernando del pasado domingo se formó una trifulca en la caseta que da acceso a los vestuarios en la que, al parecer, el capitán del equipo azulino Natanael Cano Canito, era el centro de la polémica. Días después del incidente el futbolista isleño no se explica que es lo que pudo ocurrir y se siente, según sus propias palabras, "muy lastimado" con la persona de Juan Antonio Sánchez Franzón -entrenador barreño- al que siempre ha considerado "su amigo".

Canito relataba que "al parecer alguien ha tenido que confundir a Juan Antonio, porque cuando marcamos el segundo gol en el tiempo de descuento lo único que hice fue soltar toda la rabia contenida y alzar los brazos. Alguien le dijo que yo había hecho un corte de mangas, cosa incierta y mucho menos a él, porque por respeto y amistad no lo haría nunca".

El jugador continuaba argumentando que "no estuve afortunado en los dos goles que encajó mi equipo. En el primero no llegué a tiempo para cerrar en defensa, y en el segundo perdí un balón en el borde del área. Por todo ello me alegré con el empate, pero a Juan Antonio no tuve oportunidad de verle, ni de decirle nada, porque al terminar el partido me marché al vestuario. Por eso me sorprendieron los gritos que venían de fuera de la caseta cuando estaba en la ducha".

"Espero -continuaba el Canito- ver a Juan Antonio en los próximos días para que haya una explicación sobre lo ocurrido. Lo que me ha molestado más es que él ha reaccionado así por unos comentarios que le han hecho llegar. A mí no me han podido ver hacer ningún gesto porque no los hice", argumentaba dolido el jugador.

Pero no sólo con Juan Antonio tuvo problemas Canito, porque al salir del vestuario tuvo unas palabras con Gonzalo, jugador que el año pasado era su compañero: "También ha sido un malentendido, una cuestión personal de la que estuvimos hablando, pero no quiero darle más vueltas. Hablaré en su momento con cada uno de ellos para darles mi versión de lo que pasó, que es lo que importa".