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Cádiz-sevilla atlético

Vida cómoda en el fortín del Carranza (3-0)

  • Dos goles antes del intermedio y otro en la recta final del encuentro ante un débil adversario otorgan una nueva victoria en casa a un conjunto amarillo que se agarra con fuerza al cuarto peldaño de la tabla

Con solvencia, sin demasiadas complicaciones, el Cádiz hizo los deberes en el fortín del estadio Carranza frente a un Sevilla Atlético con calidad y juventud pero débil en las áreas, que es donde se resuelven los partidos. Los amarillos encarrilaron el choque antes del descanso y se quedaron con los tres puntos con los que conservan la cuarta posición en la misma tesitura que la semana pasada, con solo uno por encima del incansable Guadalajara, quinto, aunque con opciones de alcanzar la tercera a costa del Cartagena si el próximo domingo es capaz de ganar en Cartagonova. Sea para seguir cuarto o escalar un peldaño, la escuadra cadista está obligada a ganar en tierras murcianas para no poner en peligro el paso a los play-off.

 

Gaditanos y sevillanos se jugaban la vida con la necesidad común de la victoria. Los amarillos, para mantenerse en los puestos vip de la tabla; los blancos, para tratar de salir de la zona de descenso. Los locales desplegaron sobrados argumentos, fueron superiores y lograron el triunfo en la quinta de las ocho finales que restaban desde el aterrizaje de Antonio Calderón hace poco más de un mes.

 

El estreno oficial de Ricky Alonso en la portería del Cádiz, por lesión muscular de Sergio Aragoneses, se convertía en la principal novedad del once alineado por Calderón. Andrés Sánchez volvía al lateral izquierdo tras cumplir su sanción y Kike Márquez repetía en la mediapunta. Los restantes, los habituales desde el pitido inicial desde la llegada del técnico gaditano al banquillo.

 

Los cachorros de Nervión trataban de llevar la iniciativa en el arranque con la que aplacar una posible salida arrolladora de los locales. De hecho, avisaban a los tres minutos con un peligroso centro de Jony al corazón del área cadista que Tena despejaba con seguridad.

 

Pero no tardaban los amarillos en hacerse con los mandos de partido que pasado el primer cuarto de hora dominaba por completo a un rival tan joven como respondón. Un cabezazo de Airam Cabrera que se escapaba alto por poco encontraba réplica con un disparo de Gonzalo también por encima del larguero.

 

El control parecía en manos de los anfitriones, afanados en la presión en tres cuartos en busca del balón lo más cerca posible del área sevillista. La ocasiones llegaban del lado amarillo pero sin la salsa del fútbol. El gol se resistía pese a la persistencia del cuadro local. A Juan Villar le faltaba un centímetro para alcanzar en boca de gol un buen centro de Andrés Sánchez. Otro meritorio servicio al interior del área visitante, esta vez por medio de Migue García, se quedaba sin remate a puerta vacía de Kike Márquez gracias a la anticipación de Moi. Un pase de la muerte del jiennense no hallaba aliado para definir... El Cádiz se aproximaba con peligro al área y además lo hacía por las bandas, pero no era desde un costado, sino por dentro, por donde conseguía por fin desnivelar el marcador. A los 33 minutos, Jorge Luque se inventaba un magistral pase desde la medular a Airam Cabrera, que se había desmarcado con habilidad y controlaba el esférico dentro del área para batir a Sergio Ortiz con un zurdazo cruzado que se colaba en la portería tras tocar en un poste.

 

Lo pupilos de Calderón recibían la recompensa que no habían parado de buscar con un golazo fabricado con excelencia y también la colaboración de la frágil defensa del filial hispalense.

 

Abrir la lata siempre es lo más difícil y el Cádiz daba con la tecla pasada la media hora, con mucha tela por cortar todavía. Lo más conveniente, en estos casos, es ir a por el segundo gol, el de la tranquilidad. Y el objetivo se convertía en realidad. Cinco minutos antes del intermedio, Tena sacaba el máximo jugo a un saque de esquina botado por Jorge Luque al aprovechar un balón suelto  cerca del área pequeña para marcar con un tiro flojo que superaba al portero visitante. 2-0 y a vestuarios.

 

Mejor no le podía ir las cosas al descanso a un equipo amarillo al que se le presentaba un nuevo escenario en la segunda parte. El Sevilla Atlético adelantaba líneas en busca de la reacción y dejaba espacios atrás que alimentaban las ansias goleadoras de un Cádiz que, sin embargo, no terminaba de aprovechar los huecos. Airam Cabrera disparaba alto (minuto 51) poco antes de que Sergio Rico enviara a córner un peligroso centro de Migue García. El canario, siempre presente en ataque, se quedaba solo delante del cancerbero pero de espaldas a la portería en una nueva clara oportunidad no traducida en gol.

 

Estaba por definir si el partido quedaba resuelto con el tercer tanto de los locales o los sevillanos eran capaces de apretar el marcador. Parecía más cerca el gol de color amarillo, aunque los blancos lo intentaban e incluso llegaban a inquietar con incursiones al área local pero sin pegada en los metros finales. Alonso no tenía demasiado trabajo, aunque sí los defensores a la hora de contener las intentonas de los canteranos sevillistas.

 

Tan cerca estaba el tercer gol de los locales como el primero de los visitantes. Juan Villar, ya en punta tras ser sustituido Airam Cabrera, remataba al poste justo antes de los instantes más delicados para los locales. El Sevilla Atlético, acuciado por la necesidad de puntos, acechaba y en un par de minutos (el 80 y el 81) disfrutaba de sus ocasiones más claras. La primera, con un remate de Gonzalo solo en boca de gol que el delantero mandaba fuera de manera inexplicable. La segunda, más clara todavía, con un testarazo de Juan Muñoz que pegaba en el larguero y daba la sensación de que el balón botaba dentro de la portería. Se trataba de una acción muy rápida, con el auxiliar bien colocado. El caso es que el árbitro no daba gol y ahí se esfumaban las escasa posibilidades de los de Nervión para sacar algo positivo del Carranza, sobre todo porque a renglón seguido llegaba el tanto que cerraba el encuentro. Jorge López, que había entrado por Kike Márquez, disparaba raso y desviado pero Migue García, atento, empujaba la pelota a placer a puerta vacía. Corría el minuto 84 y el partido quedaba finiquitado. Tres puntos más al bolsillo del Cádiz, que sólo depende de sí mismo para lograr el objetivo.

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