El complejo Pedro Fernández fue ayer testigo de uno de los aspectos que más empaña la seriedad que se le supone al fútbol. Santana Ramírez, el árbitro que dirigió el choque, se presentó en el campo acompañado sólo por un asistente. Pero lo peor es que el auxiliar entró en las instalaciones con el rostro cubierto por el maquillaje propio de haber disfrutado de la fiesta de Carnaval, que tuvo la madrugada de ayer su primer plato fuerte en la capital gaditana.

En un primer momento el entrenador del Bornense, Alfonso Cortijo, se negó a jugar el encuentro si faltaba un asistente. Pero el temor a una sanción provocó que al final cediera sin estar convencido del todo.

La verdad es que a Cortijo no le faltó razón, ya que la actuación de Santana Ramírez y de su único asistente dejaron mucho que desear. Quizá ayer el Deportes Romero fue el menos perjudicado, pero de lo que no cabe duda es que ni el trencilla ni su ayudante parecían estar lo suficientemente preparados para dirigir un partido. Y para confirmarlo hay que remitirse a los hechos que sucedieron sobre el albero. Santana Ramírez sacó tarjetas sin ningún sentido, siguió el juego desde muy lejos, anuló un gol al Bornense que fue muy protestado, expulsó a dos jugadores del equipo visitante y prolongó el encuentro hasta el minuto 102. Un desastre. Lo peor es que dejó enfadados a los dos equipos a pesar de la importancia de los puntos para el conjunto romerista.

En cuanto al juego, Deportes Romero y Bornense firmaron un partido de poder a poder, sobre todo en la primera parte. Los dos equipos protagonizaron una batalla tremenda en la zona ancha que fue ganando poco a poco el equipo de José Luis Otero. Fruto de ello llegó el primer gol en un remate de cabeza de Vicente que se envenenó al estar demasiado tapado el portero. El Deportes Romero subió un punto su acoso y empezó a llegar con claridad. Lo hizo Álex en un remate que sacó Jairo y en un fuerte tiro de Costa que el portero visitante despejó a una mano.

Tras el descanso la balanza acabó por inclinarse al lado local. Otero aumentó su juego ofensivo con velocidad metiendo a Juanchu y Sergio, para lo que dio descanso a Martín, que fue de los mejores. Aunque Cortijo no contaba con el error de Ortega siendo el último hombre, lo que permitió a Pablo encarar a Jairo para marcarle por bajo.

No hubo tiempo para celebrarlo porque Sierra metió el miedo en el cuerpo a los locales. Fue ocho minutos antes del gol anulado al Bornense por fuera de juego. Cortijo explotó, y con él Pablo Caña, ya que ambos fueron expulsados.

En el descuento más largo que se recuerda en el Pedro Fernández, Spiry sentenció y Santana Ramírez hizo sangre expulsando tras el gol al meta Jairo. Fue el peor broche a su pésima actuación.