El Cádiz realizó ayer un entrenamiento en el estadio Ramón de Carranza nada más regresar de Vigo. Inicialmente estaba pensado que fuera una sesión suave y todo apuntaba a que pasaría inadvertida, pero la presencia de una treintena de aficionados en las gradas lo cambió todo. La idea de estos seguidores era mostrar el malestar que sienten por la situación clasificatoria del equipo y cargar contra algunos jugadores que consideran que no están rindiendo como buenos profesionales.

Cuando los futbolistas saltaron al césped para realizar los ejercicios de calentamiento se percataron de la situación y tomaron la decisión de que los tres capitanes de la plantilla, Fleurquin, Raúl López y Abraham Paz, acudieran a conversar con ellos. Los seguidores dejaron sentir la preocupación que sienten en estos momentos y se mostraron muy críticos con la actitud de ciertos jugadores, a los que reprochan no estar implicados como buenos profesionales. Los capitanes les pidieron tranquilidad y les solicitaron el máximo apoyo para el encuentro del domingo, a lo que respondieron los aficionados que no faltarían a la cita. La cosa quedó resuelta y durante el entrenamiento sólo se escucharon algunos gritos aislados contra algunos jugadores muy determinados.

También se produjo la visita al vestuario antes del entrenamiento de Antonio Muñoz, que quiso mostrar su respaldo a los jugadores y al entrenador con vistas al choque ante el Nástic. El presidente amarillo corroboró de puertas hacia dentro el discurso de tranquilidad que muestra en público, ya que en ningún momento abroncó a los profesionales, aunque sí les pidió el máximo compromiso en las jornadas que restan. Les hizo saber que contaban con el respaldo del club y les pidió que no hicieran caso de las críticas que están llegando desde ciertos puntos del entorno para tener los cinco sentidos puestos en preparar el trascendental partido del domingo.

No es una semana sencilla para Antonio Muñoz. El presidente amarillo ve cómo su equipo se sitúa a sólo tres puntos del descenso y sabe que es el momento de animar al equipo y a los aficionados pensando exclusivamente en vencer el domingo al Nástic. Piensa que otras valoraciones se podrán hacer “más adelante”, cuando el equipo haya alcanzado los 49 o los 50 puntos. El discurso del máximo dirigente cadista es conciliador y de apoyo a los profesionales.

“Perder en Vigo entraba dentro de lo posible, aunque teníamos puestas muchas esperanzas en sacar un buen resultado. Pero está visto y comprobado que éste no es nuestro año y no nos queda más remedio que asumirlo. Hay que seguir trabajando y no darle más vueltas al partido del Celta porque todos nuestros esfuerzos se tienen que centrar ya en ganar al Nástic. Yo estoy seguro de que si ganamos, habremos dado un paso casi definitivo para estar tranquilos de una vez. Ya nos lo merecemos porque la temporada está siendo agotadora”, piensa.

Muñoz tiene claro que contra los tarraconenses no vale otro resultado que no sea el triunfo: “Ahí sólo nos podemos plantear ganar o ganar, de eso tenemos que ser todos muy conscientes. Va a ser un partido parecido al que jugamos contra el Albacete, con el agravante de que estamos más cerca de abajo y que quedan menos jornadas para el final. Nos estamos jugando la Liga, pero estoy convencido de que los jugadores van a hacer un desgaste como el día de la Real Sociedad, pero en este caso tendremos la fortuna necesaria para ganar. No siempre vamos a tener la suerte en nuestra contra”.

Además, subraya el presidente del Cádiz que no es momento para estar “con críticas ni con broncas, debemos ir todos unidos porque nos estamos jugando mucho. Más adelante ya se analizarán las cosas todo lo que sea necesario, pero ahora hay que estar tranquilos, unidos y centrados en el Nástic. Es un partido que vale siete puntos por los tres que sacamos si ganamos, por los tres que dejan de sumar ellos y otro por asegurar la diferencia en un posible empate a puntos al final”.