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Sólo los 'cracks' chés sobreviven a la crisis

  • Conservar a Villa y Silva es el gran triunfo de un equipo que sufre la desestabilización institucional y los problemas económicos

Ha sido un verano muy largo (y lo que queda) en Mestalla. Con el club inmerso en una de las peores crisis económicas -proceso de ampliación de capital mediante- e institucionales que se le recuerdan, el aspecto deportivo parecía quedar casi en un segundo plano. Pero no: el nuevo presidente (el enésimo en unos de meses), Manuel Llorente, se negó a dar salida a las estrellas valencianistas cuando parecía casi obligatorio hacer caja con sus traspasos y, con crisis o sin ella, los David, Silva y Villa, volverán a ser el estandarte de un Valencia que aspira al menos a ocupar una de las plazas que dan acceso a la Liga de Campeones.

El caso de El Guaje estuvo a punto de convertirse en el culebrón del verano. Con el futbolista en plena Copa Confederaciones, ni las montañas de euros de Florentino y Laporta consiguieron ablandar la postura inflexible de Llorente y tras un mes de dimes y diretes el asturiano vuelve a vestir el 7 en Mestalla. Él es el gran fichaje de la temporada. El galáctico estaba en casa.

Mantener a sus estrellas ha obligado al Valencia a agarrarse a la economía del ahorro para conformar su plantilla para la 2009/10. Nada de desembolsos millonarios: a base de cedidos de vuelta a casa y jugadores libres Emery ha configurado un plantel que se antoja competitivo, quizás no para hacer sombra a los gigantes Madrid y Barça, pero sí para luchar por entrar en la Champions. Moyá, Bruno Saltor, Mathieu, Dealbert o el regreso de Banega y Zigic equilibran una plantilla que ya contaba con una interesante mezcla de veteranía, con Marchena, Albelda y Baraja a la cabeza, y juventud, abanderada por Juan Mata y Pablo Hernández. Precisamente el regreso al Carranza del interior valenciano, justo en el verano en el que ha alcanzado la internacionalidad absoluta, será uno de los atractivos de la participación del Valencia en el trofeo. La afición cadista no le ha olvidado y a buen seguro el jugador guarda un gran recuerdo de su paso por el Cádiz, el equipo que le puso en el escaparate del fútbol profesional. El Valencia le crió, pero fue en el carril del 8 del Carranza donde se hizo mayor. Será un bonito rencuentro.

En el apartado de bajas, atada la continuidad de Villa y Silva, es en la zaga donde más se nota la regeneración a la que Emery está sometiendo a la plantilla ché. Llorente, esta vez sí, permitió la salida de Albiol al Real Madrid y también se marcharon Moretti, Curro Torres, Renan, Edu, Hugo Viana y Morientes, que apurará sus últimas gotas de fútbol en el Olympique de Marsella. El relevo generacional, obligado o no, ha comenzado en Mestalla. Conformar el nuevo puzzle lo antes posible será el cometido del técnico Unai Emery, que afronta su segunda temporada en el club valenciano. La exigente afición ché no suele dar tregua a sus entrenadores (ni Rafa Benítez, con dos Ligas y una UEFA a sus espaldas, contó con su beneplácito) y si las cosas no funcionan pronto habrá música de viento en Mestalla. Al tiempo.

El LV trofeo Carranza da a este nuevo Valencia la oportunidad de medirse con uno de sus rivales, a priori, más directos en la carrera por la Liga de Campeones. El cruce ante el Sevilla puede tener muy poco de partido amistoso y será para ambos una oportunidad de cruzar balas de fogueo antes de enfrentarse en el primer partido de Liga ya con munición auténtica.

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