El portugués Simao Sabrosa, extremo del Atlético de Madrid, ya piensa en la final de la Liga Europa del próximo miércoles en Hamburgo contra el conjunto inglés del Fulham, en la que por la cabeza de los jugadores rojiblancos "sólo pasa ganar" el título, en un duelo del que advierte que "no hay favorito".

-¿Cómo está el equipo para esta final?

-Estamos bien, un poco ansioso por jugar esta final, porque es importante para todos, para los jugadores, para el club y para la afición. Hace muchos años que no estábamos ahí. Y a nivel personal también es una fecha importante, así que estamos un poco ansiosos, pero queremos prepararlo bien para llegar a tope y hacer un buen partido.

-¿Qué os pasa por la cabeza antes de esa final?

-Tan sólo pensamos en ganar. Hemos logrado llegar a la final porque disfrutamos al máximo de la competición. No había la presión de ganar y ganar como en la Liga. Sabíamos que podíamos llegar lejos, pero sólo así, disfrutando y sin tener mucha presión, llegaríamos a la final. En estos momentos, sólo nos pasa por la cabeza ganar.

-¿Se ha imaginado ya la final perfecta?

-Las finales sólo pueden ser perfectas cuando se gana y la verdad que nosotros, ganando esta final, es lo mejor que podía pasar después del inicio de temporada que tuvimos, en el que sufrimos mucho.

-¿Cómo ve al Fulham? ¿Espera que salga cerrado atrás en el partido?

-Es una final y no sé cómo va a jugar el Fulham. Nosotros queremos hacer una presión muy arriba, como siempre, e intentar jugar en su campo. El Fulham tiene un fútbol más directo, típico del fútbol inglés. Sabemos que los equipos ingleses son muy fuertes a balón aéreo y a balón parado y tenemos que estar súper concentrados.

-¿Hay favorito en la final de la Liga Europa?

-Una final es 50-50. No hay favorito. Creo que los dos tienen méritos por haber llegado hasta aquí. Nosotros dejamos atrás a equipos importantes y ellos también.

-Con un comienzo de temporada tan irregular, parecía impensable llegar a dos finales, ¿cuál ha sido la clave?

-El inicio de temporada ha sido muy malo por culpa nuestra, de los jugadores, porque no nos salía nada dentro del campo. Y luego llegó este entrenador (Quique Flores), que trató de trabajar tácticamente al equipo, y a nivel psicológico nos obligó a no dudar de nuestras cualidades.