Rafael Nadal completó ayer su primera sesión de entrenamientos en el Rod Laver Arena de Melbourne, el escenario donde se disputará el Abierto de Australia entre el 15 y el 28 de enero.

El número uno del mundo empezó a preparar bajo la supervisión de su entrenador, Carlos Moyá, su debut en la presente temporada. El mallorquín, finalista de la pasada edición del primer Grand Slam de la temporada tras haber renunciado a competir, primero, en el torneo de exhibición de Abu Dhabi y, después, en el torneo de Brisbane, que formaba parte de su calendario oficial en primera instancia.

"Mi intención era jugar ese torneo", indicó el pasado 28 de diciembre en un mensaje en las redes sociales, "pero no estoy preparado".

Nadal explicó que esa renuncia se debió a que ha empezado "tarde" su preparación después del esfuerzo extremo realizado en 2017, año en el que recuperó el primer puesto de la clasificación mundial tras conquistar Roland Garros y el Abierto de los Estados Unidos, además de los torneos de Montecarlo, Barcelona, Madrid y Pekín.

El jugador de Manacor, de 31 años, no compite desde el pasado mes de noviembre. Se retiró durante el transcurso del Masters, disputadas en Londres, después de caer ante el tenista belga David Goffin. Una lesión en la rodilla derecha lo obligó a abandonar en el primero de sus compromisos de la fase de grupos.

Rafael Nadal tiene además previsto participar el 10 de enero en el Tie Break Tens, que se celebrará bajo el techo del Margaret Court Arena, junto a Dominic Thiem, Lucas Pouille, Tomas Berdych, Novak Djokovic, Stan Wawrinka, Nick Kyrgios y Lleyton Hewitt.

En el apartado de bajas para el primer Abierto de Australia, son conocidas las ausencias de Andy Murray y de Kei Nishikori, aunque hubo una novedad en la competición femenina. Se trata de la estadounidense Serena Williams, última campeona del Abierto de Australia, quien renuncia a defender su corona.

La jugadora declaró que después de competir ante la letona Jelena Ostapenko en el torneo de exhibición de Abu Dhabi se dio cuenta de que todavía "no está al nivel en el que querría estar", tras un año de inactividad.

"Puedo competir, pero no quiero sólo competir", afirmó la 23 veces ganadora de un Grand Slam. "Quiero hacerlo mejor que eso y para ello necesito tiempo", dijo.