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El Portuense sigue sin ver puerta

  • Ante un mediocre Melilla, que sólo juega a defenderse la mayoría del tiempo, la escuadra rojiblanca completa un buen partido en general y crea suficientes ocasiones como para ganar con comodidad

Definitivamente este Portuense no tiene suerte. Y sin ir más lejos ayer, sin realizar tampoco un partido para deslumbrar, sí que contrajo méritos suficiente como para haber ganado con holgura su encuentro frente a un Melilla ramplón, yo diría que mediocre, que llegaba con la sola intención de defenderse y no mirar casi nunca al portal contrario. La suerte, esa misma suerte esquiva para los racinguistas, hizo que el sistema de Pastelero funcionara, pero sólo la falta de acierto rematador local evitó la derrota de un Melilla que aportó casi nada.

Los minutos iniciales del Racing fueron eléctricos, sobre todo por la velocidad que imprimió a sus acciones y que puso en evidencia el sistema defensivo norteafricano. Viyuela lo intentó sin suerte por su banda y un centro suyo, en jugada ensayada, acabó con un remate a las nubes de Merino (6'). El Portuense, que ayer contó de inicio con Masegosa, controlaba el juego territorialmente y el Melilla lo dejaba todo a la inspiración y soledad de Moncho en ataque. El ex racinguista dejó detalles de su clase, pero anduvo muy solo en ataque.

Los minutos pasaban y todo el juego se desarrollaba en campo melillense, con contínuas llegadas que sin embargo no planteaban excesivos problemas a Dorronsoro y su defensa, que además contaba con un Ocaña omnipresente, que era un valladar para el centro del campo local. En el minuto 22 Sanlúcar, excelente su partido, lo intentó por dos veces ante el meta visitante y un minuto después era Zurdo, tras una falta, el que ponía prueba al cancerbero rival. Viyuela, muy trabajador, lo siguió intentando por su banda, pero los minutos pasaban y el gol no llegaba.

Lo cierto es que se llegó al descanso con la sensación de superioridad, pero sin la certeza de que el Racing fuera capaz de sacar el choque adelante. Pero el Portuense salió en la reanudación con más ganas si cabe, acorralando a un rival que se defendía sin aspavientos y que solventaba sin apuros las acometidas locales.

Pasado el cuarto de hora inicial y tras la entrada de Sambruno por un renqueante Zanotti, Orúe dio entrada a Sergio Narváez por Masegosa. La apuesta era clara por el fútbol directo y lo cierto es que el Racing representó un monólogo perfecto frente a un rival que cada vez se atrincheraba más en torno a Dorronsoro, cortando a veces los agobios con faltas simuladas y pérdidas de tiempo.

Una de las mejores ocasiones locales llegó en un remate de Zurdo (65'), al lanzamiento de una falta, pero Mahanan bajo palos, con Dorronsoro batido, evitó el gol que ya se cantaba en las gradas; un minuto después, Sanlúcar lo intentó y el meta envió a córner y a raíz del mismo Sambruno remata y para Dorronsoro.

Eran sin duda los mejores minutos de un Portuense que buscaba con ahínco el gol frente a un rival que, conforme pasaban los minutos, se encerraba más y más en torno a su portal. Los locales, en un penúltimo intento por acabar inclinado la balanza a su favor, echaron el resto con la entrada de Raúl Molina sustituyendo a Dani Zúñiga. Toda la artillería pesada sobre el césped y poco a poco las ideas que se iban perdiendo.

Manolo Sanlúcar siguió erre que erre, protagonizando las mejores aproximaciones locales; en tanto que Viyuela y Zurdo, por sus respectivas bandas, centraban balones que casi nunca encontraban rematador. El Racing echaba de menos ese delantero centro rompedor y de ello se beneficiaba un rival que con la entrada de Troiteiro, y más tarde Amarito, buscaba sorprender en una contra. Viyuela (84') disparó desviado Sanlúcar, un minuto después, otro tanto de lo mismo y de nuevo el capitán racinguista, en boca de gol, cabeceó inocentemente a las manos de Dorronsoro.

Los instantes finales fueron plenos de emoción por lo incierto del marcador, pero todos los intentos rojiblancos resultaron infructuosos, consumándose el empate final que campeaba en el marcador. El Portuense, una jornada más, quedaba sin el premio en forma de victoria a su trabajo; pero es que los locales, desgraciadamente, siguen sin ver puerta.

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