El Real Madrid afronta la novena jornada de la Euroliga con el deseo de sumar su séptima victoria y consolidar la segunda plaza, sin perder de vista la primera, ante un rival en alza que no puede permitirse tropiezos y menos en casa. El cuadro romano, que decepcionó en la primera vuelta con sólo un triunfo ante el colista Brose Baskets y seis derrotas, dio la campanada la semana pasada rompiendo el invicto del todopoderoso Pantahinaikos. Los italianos lograron lo que nadie había conseguido ni en la competición doméstica ni en la europea y endosaron a los griegos un 85-67 más que sorpresivo.

A partir de ese triunfo, los de Jasmin Repesa están dispuestos a crecer y catapultarse en la clasificación, pues sus aspiraciones de alcanzar el Top-16 son difíciles, pero no imposibles, ya que tienen la quinta plaza que da el pase a sólo una victoria y la cuarta, a dos.

Salvo debacle, Panathinaikos, Barcelona y Real Madrid parecen destinados a clasificarse, mientras que Fenerbahce, con cuatro victorias, Partizan Igokea y Chorale Roanne, con tres y Lottomatica se jugarían las otras dos o ser el mejor sexto de todos los grupos, lo que también da el pase.

El Real Madrid opondrá su solidez y categoría demostrada de nuevo el pasado fin de semana, al doblegar al líder de la ACB, el DKV Joventut, en Badalona, con lo que volvió a empatar la zona alta de la clasificación.

Olvidadas las dos derrotas consecutivas en Atenas y Málaga, el equipo de Plaza no quiere perder el paso en Roma y confía en cosechar una victoria que le permita seguir la estela de Panathinaikos y mantenerse en cabeza.