Un tanto del uruguayo Diego Forlán dio la victoria al Atlético ante el Deportivo y devolvió la alegría al Vicente Calderón y a los rojiblancos a la principal competición europea en un duelo apasionado, propio de lo mucho que había en juego y que concluyó con fiesta local.

El Atlético salió dispuesto a resolver pronto, a dar a su afición la alegría más importante de los últimos once años, los que hace que no participaba en la Liga de campeones.

Las primeras acometidas de los rojiblancos llegaron de las botas del argentino Sergio Kun AgüeroPudo hacer el primero en un mano a mano con el israelí Aouate, pero se entretuvo demasiado. Poco después, el propio Agüero gozó de otra ocasión, esta vez de cabeza, y casi a continuación fue Diego Forlán el que, con un disparo lejano, llevó el aplauso a la grada.

Eran los mejores momentos del Atlético, minutos que, sin embargo, no descompusieron al Deportivo, siempre muy bien organizado sobre el terreno de juego.

Cuando recuperaba la bola, el Deportivo lanzaba rápidos contragolpe con pases largos sobre Xisco, que a punto estuvo de inaugurar el marcador.

El Atlético no había perdido la cara al partido, aunque sí parte del mando cuando se produjo la jugada que desató la euforia. Agüero cedió por la banda derecha a su compatriota Maxi Rodríguez y éste hizo el pase de la muerte que recogió Forlán para hacer el 1-0 antes del descanso.

Afrontaron los rojiblancos el segundo acto con la noticia de la victoria sevillista en el derbi hispalense, que indujo a los de Aguirre a guardar con mimo el tesoro del tanto obtenido al final del primer período. El Deportivo estuvo a punto de aguar la fiesta al estrellar Taborda un balón al poste de Leo Franco.