La guerra entre el gobierno y el fútbol español vivió ayer una nueva escalada que acerca cada vez más al equipo nacional a la descalificación de la Eurocopa de junio. La Justicia española rechazó la petición del presidente de la RFEF, Ángel María Villar, de suspender cautelarmente la normativa gubernamental que le obliga a convocar elecciones en el primer trimestre del año.

La resolución de la Audiencia Nacional española supone un argumento más para el presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), Joseph Blatter, que amenazó recientemente con suspender a equipos y selección "si el Gobierno español mantiene su injerencia" en el asunto.

Villar entiende que tiene derecho a celebrar las elecciones "conforme a su propia normativa electoral, como cualquier asociación privada sin injerencias de ningún tipo de la Administración". Sin embargo, el tribunal español considera que el dirigente "no ha concretado ni probado debidamente los perjuicios que causa la aplicación de la orden ministerial".

El presidente de la RFEF, que lleva 19 años en el cargo, considera que la aplicación de la orden gubernamental causaría "perjuicios irreparables", como "el acortamiento indebido del mandato de cuatro años" (que vence el 26 de noviembre), o como el "grave riesgo de no participación de los clubes y la selección en competiciones internacionales por vulneración de la normativa imperativa de FIFA".

La normativa legal española obliga a que las elecciones se realicen bajo supervisión del gubernamental Consejo Superior de Deportes (CSD), dirigido por un enemigo reconocido de Villar, Jaime Lissavetzky.

El presidente de la federación, sin embargo, se acoge a lo que establece el modelo electoral de la FIFA, que le otorga un margen de acción mucho mayor en la definición del proceso de los comicios.

Para la Justicia española no hay duda: la ley española tiene preeminencia. "Si bien la RFEF está afiliada a la FIFA y a la UEFA, cuyos estatutos acepta y se obliga a cumplir, debe hacerlo siempre, desde luego, dentro del ordenamiento jurídico español". Blatter no está dispuesto a permitir injerencias en el fútbol, y para ello está dispuesto a utilizar todo su poder. "En la FIFA somos como las Naciones Unidas, pero con más poder. Y cuando tomamos una decisión, se implementa directamente". La FIFA mantuvo ayer su posición de justificar la decisión de la RFEF de incumplir la orden ministerial de convocar elecciones en el primer trimestre del año.