El medio centenar de aficionados que acudió a La Juventud tuvo que guarecerse en las maltrechas cabinas, porque la lluvia y el viento no dejaron de incordiar en todo el partido. Aún así, al Xerez B no le quedaba otra que salir a por todas, ya que se jugaba la vida, y así fue. Con mucha intensidad y evidenciando ganas de ganar.

Pero no hay manera. El Xerez B ahonda su crisis y se acerca más al descenso con la injusta derrota encajada ayer en el Campo de La Juventud ante el Cartaya, que sacó petróleo de un gol en fuera de juego en el descuento. Excesivo premio para los onubenses y demasiado castigo para los jóvenes xerecistas, que acabaron como casi siempre: desolados en el vestuario.