Del partido jugado el domingo por el Cádiz en el Ramón Sánchez-Pizjuán hay que destacar el oportunismo de Gastón Casas para estar en el sitio donde se le requiere, la pelea y el amor propio de Dani y la demostración de profesionalidad y de calidad de Gustavo López. Estaban puestas muchas miradas sobre el argentino porque era su primer encuentro como titular después de varias jornadas en las que Calderón había depositado su confianza sobre Nano. El gallego, muy discutido por las flojas actuaciones en los recientes partidos, fue baja por sanción y López dio una lección sobre cómo afrontar un partido. Fue una pesadilla constante para la inexperta zaga sevillista, que descubrió cómo se las gasta el ex jugador del Celta.

Siempre sincero y ambicioso, el sudamericano admite que le costó coger el ritmo en el inicio de la competición por haber estado el verano entrenándose por su cuenta, pero ya está en un buen momento de forma: "Comencé la pretemporada más tarde y por eso tuve algunos problemas, pero confié en el trabajo de Lorenzo Buenaventura. Aún puedo mejorar más porque siempre hay margen e intentaré hacerlo en cada entreno".

López, más allá de su actuación personal en el estadio sevillista, quiso destacar en rueda de prensa que "lo importante es que el equipo anduvo bien en todas sus líneas". Sobre la banda izquierda que ahora comparte con Raúl López y antes con Gonzalo Vicente, aseguró que "trato de adaptarme al jugador que actúe en mi lado porque somos los que tenemos que llevar el peligro por ahí". En los últimos partidos se ha visto el inicio de un interesante entendimiento con el futbolista natural de Jerez.

Apuntó Antonio Calderón el martes que se podría estar planteando la posibilidad de jugar con dos delanteros, sobre todo en los encuentros que dispute el Cádiz como local. Gustavo López fue preguntado por la conveniencia de jugar con dos delanteros y respondió que "los jugadores nos adaptamos a los esquemas del míster, él es el que sabe como jugar a los rivales. Independientemente del sistema, tenemos que sacar resultados, hacernos fuertes en casa y poder dar un escopetazo en el sprint final de temporada", afirmó.

El hábil extremo internacional tiene un gran currículum a sus espaldas con más de 300 encuentros en Primera División. Lejos de sentirse al final de su carrera, Gustavo López trata de cuidarse al máximo y por el momento no ve cercano el momento de su retirada. Sólo se plantea cumplir una buena campaña con el Cádiz y, más adelante, pensará en otras posibilidades. "Esta es mi vida y mi pasión. Sé que acabará en algún momento, pero trataré de estirarlo todo lo que pueda. Este es un proyecto muy importante a título personal y estoy muy ilusionado".

El futbolista admite que se sigue sintiendo realizado cada vez que acude a un entrenamiento y espera no perder esa sensación. "Me siento afortunado porque hago lo que me gusta, jugar al fútbol. Me despierto con ganas de ir a entrenar y en el vestuario aún siento el cosquilleo y los nervios típicos de antes de los partidos. Mientras siga sintiéndome así, seguiré jugando", dijo convencido el jugador.

Por último, Gustavo López habló sobre la posibilidad de jugar como enganche con la delantera, posición en la que actuó en Vigo con Miguel Ángel Lotina como técnico, "pero era distinto porque jugábamos dos medias puntas y lo hacíamos por fuera", aunque no rehuye la responsabilidad si el entrenador lo considera oportuno "puesto que lo haré lo mejor que pueda donde me pongan".