La presencia de Gustavo López en el entrenamiento de ayer junto al grupo fue una de las grandes noticias en la plantilla cadista en el regreso al trabajo para preparar el encuentro del próximo domingo en Ferrol. El argentino se ejercitó con normalidad, lo que le saca de la enfermería para volver al once. Tampoco es preocupante el caso de Enrique, que ayer realizó un trabajo más suave al margen del plantel a la espera de unirse hoy a la labor que vayan a desarrollar sus compañeros.

La plantilla que dirige Raúl Procopio ya está plenamente centrada en la cita en tierras gallegas. Ayer regresó al trabajo bajo un buen ambiente que demostró que está olvidada la polémica derrota sufrida ante el Sporting de Gijón. Los jugadores saben que fueron muchos ojos los que asistieron al arbitraje parcial de Gardeazábal Gómez, que es un consuelo para no sentirse desamparados en el calvario que vivieron.

El equipo se citó en el campo número 1 de El Rosal, donde trabajó con las dimensiones del terreno de juego reducidas para que los futbolistas se acoplen a lo que se van a encontrar en Ferrol. Todos los jugadores entrenaron con normalidad salvo Enrique, que estuvo corriendo al margen como consecuencia del golpe que se llevó el domingo en la jugada en la que le hicieron penalti y que provocó que minutos después dejara el encuentro. Tampoco estuvo a un ritmo normal Diego Rivas, que prosigue su larga recuperación de la rotura que sufrió en la vena de una pierna. El centrocampista apareció para llevar a cabo algunas carreras, aunque su ritmo de recuperación es el correcto. Los servicios médicos del club, que encabeza Fernández Cubero, tienen previsto que el jugador se someta mañana a una nueva ecografía para ver cómo se encuentra la zona dañada.

Por último, el plantel entrena hoy, a partir de las diez y media, pero lo hará en Carranza.