Fútbol l Regional Preferente

Gloria para el Bornense, que toca el cielo en San Roque

  • El equipo de Alfonso Cortijo sella el ascenso como subcampeón de grupo

La Unión Deportiva Bornense firmó ayer la página más brillante de su historia al lograr por primera vez el ascenso a Primera Andaluza. El fútbol de Bornos sólo ha conocido categorías por debajo de la que saboreará la próxima campaña, por lo que la fiesta y el seguimiento al balompié están asegurados para el curso venidero. Las cifras son claras: el equipo que tan brillantemente entrena Alfonso Cortijo se ha convertido en el segundo mejor conjunto del grupo gaditano de Regional Preferente.

El San Roque lo intentó pero no pudo echarle una mano al vecino Atlético Zabal, que necesitaba ganar en Trebujena -lo que tampoco logró- y que el Bornense se fuera de vacío del Campo de Gibraltar. Al final, el conjunto serrano selló su ascenso en el Manolo Mesa.

Los sanroqueños llegaron a igualar el tempranero gol visitante, pero no aguantaron el tirón en la segunda mitad. Los de Bornos, muy superiores a lo largo de los 90 minutos, celebraron por todo lo alto el primer ascenso de su historia a la Primera Andaluza, además como subcampeones del grupo.

Antes de que el champán corriera por el terreno de juego, el partido ofreció una alta dosis de tensión, sobre todo en la primera parte. Los locales se encontraron a las primeras de cambio con un tanto en contra. Zurdo marcó un buen gol de falta directa en el minuto cinco que despejaba el camino de los serranos y aportaba la tranquilidad suficiente para mantener encarrilado un encuentro tan importante.

El San Roque se repuso rápido al golpe y sólo cinco minutos después Luis Arenas igualó el marcador tras irse de su par y conectar un fuerte zurdazo al que no pudo hacer nada Jairo. Fue un serio revés para un Bornense que, hasta ese instante, no pasó por grandes apuros. La realidad es que en el primer tiempo pudo pasar de todo para que cambiara el resultado, si bien éste no se movió.

A la vuelta del intermedio el Bornense se comió al San Roque. Y lo hizo porque sus jugadores actuaron con una intensidad tremenda que asfixió a la escuadra local. Pablo puso el 1-2 definitivo en el minuto 65 con un tiro cruzado tras rechace. El pitido final desató la fiesta de los visitantes en el campo y las duchas, ya que el logro de los azulones no era para menos.

El club serrano, que estuvo arropado en las gradas, saborea un éxito del que tiene mucha culpa un entrenador que sigue abriéndose un camino que ya era muy importante gracias a su labor como segundo entrenador del Cádiz y del Albacete.

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