El Barcelona, que fue muchos minutos perdiendo, acabó con un empate que le puede servir hoy de poco en su intento de alcanzar el liderato y no supo aprovechar que el Sevilla jugó con diez futbolistas el tramo final de un choque muy equilibrado y emocionante.

Como se presumía, por lo que se juega el Barça, para que no se le escape aún más el Real Madrid en la lucha por el título, y el Sevilla, que busca ser ese equipo que la pasada campaña disputó la Liga hasta la última jornada, el partido fue intenso. Los de Manolo Jiménez dejaron en los primeros compases que los del holandés Frank Rijkaard tocaran el balón para intentar recuperarlo y montar contragolpes para hacer daño.

El canterano Diego Capel, por la izquierda, le dio las vueltas a Oleguer en un muchas ocasiones y por ahí llegaron las aproximaciones de los locales y las primeras intervenciones de Valdés.

La presión sevillista descontroló por momentos el juego de creación de los barcelonistas, aunque el argentino Messi, desde la media punta, y el francés Henry, por la izquierda, dieron sensación de que el peligro podría llegar.

El conjunto azulgrana, que esta campaña presume de una gran dispositivo defensivo, cerró como pudo las acometidas de la formación sevillista, que se mostró con más recursos ofensivos y que en acciones del malí Kanouté y el brasileño Luis Fabiano hicieron protagonista a Víctor Valdés.

El portero visitante, no obstante, no pudo impedir que rebasada la primera media hora, Diego Capel, como ya hiciera en la Copa del Rey en el mismo escenario y ante el mismo rival, viera la puerta catalana y pusiera el 1-0.

El Barça, que se presentó en el Sánchez Pizjuán con importantes bajas, no supo reaccionar al gol encajado y fue el Sevilla el que pudo poner tierra de por medio antes de que acabara la primera mitad, pero ahí perdonaron los de Jiménez y dejaron el choque abierto para la segunda parte.

Rijkaard recompuso el equipo en la reanudación con la entrada del mexicano Rafa Márquez y el brasileño Ronaldinho en lugar del francés Thuram y el brasileño Edmilson, y eso pareció dar más mordiente a los visitantes ante un adversario que quiso especular con el resultado favorable.

Al cuarto de hora, el Barça tuvo que efectuar el tercer cambio, con la entrada del islandés Gudjohnsen por el poco participativo Henry, que se retiró con molestias.

Ahora sí, el equipo barcelonés llevó el peso del partido y empezó a acercarse con intenciones a la portería de Palop, quien se desgañitó para que los suyos tuvieran más tiempo el balón en su poder.

Jiménez, para ganar más poder en el centro del campo, sacó a Kanouté y metió al brasileño Renato, lo que pareció nivelar algo la situación, aunque el Sevilla se mantuvo impreciso en los pases y eso dio opciones al adversario.

Así, a falta de un cuarto de hora, Xavi logró el empate y poco después Keita se tuvo que ir al vestuario al ver la segunda tarjeta. El Barça apretó en busca de la victoria por la que poco había apostado antes ante un Sevilla que, en inferioridad numérica, dio ya por bueno el empate.