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Puerto real | murcia b · la crónica

'Cornada' mortal del 'torito' Aquino

  • Minuto 85 El internacional sub'19 aparece para dar el pase al Murcia B Lamento El Puerto Real goza de dos ocasiones claras antes del descanso

Se veía venir de lejos. El equipo que marcara, seguiría adelante en el duro camino hacia Segunda División B. Y marcó el que menos pinta tenía que iba a hacerlo, aunque el Murcia B no eliminó al Puerto Real con vitola de traidor. Avisó una y otra vez. Siempre a balón parado. Y en la única entrada con cierto peligro por la banda izquierda, un buen centro encontró la cabeza del torito Aquino. El internacional sub'19 no hizo nada en todo el partido, pero su única cornada al conjunto de Antonio Cama resultó ser mortal. Remató la faena solo, con Bocardo a media salida y la defensa local bajando la cabeza en el único error de marcaje antes del pitido final. Esta sinopsis sucedió en el minuto 85. Tópico: jarro de agua fría.

La sangre fue verdiblanca y no rojilla. Lo que desde el inicio parecía que iba a ser un monólogo del Puerto Real concluyó con más lágrimas que risas y aplausos. En este tipo de enfrentamientos, un error se paga caro. Muy caro. Y el Murcia B, repleto de jóvenes, le ganó la partida a todo un experto conjunto de la Villa que ayer recordó una lección que ya sabía. Miras hacia abajo un segundo, y dejas de mirar hacia arriba.

El pase puede considerarse justo. El encuentro fue muy abierto y en caso de haberse llegado a una prórroga, el Murcia B también habría pasado en base a un guión sin especiales sobresaltos. Los rojillos llegaron a los momentos decisivos del choque mucho más enteros que los jugadores verdiblancos.

En el vestuario del Puerto Real seguro que más de uno recordó aquello de que las segundas partes nunca fueron buenas. Los pupilos de Antonio Cama tuvieron en sus manos adelantarse en el marcador antes de llegar al descanso y a nadie hubiera extrañado que el segundo periodo hubiera comenzado con un dos a cero y con el rival bajando los brazos.

Ya en el minuto tres, el uy llegó a las gradas del Sancho Dávila. Dani Olsson, de nuevo de lo más destacado mientras el cuerpo le aguantó, lanzó una falta con peligro. El balón caía en el área cuando Rafa Caro peinaba lo justo como para meter el miedo en el cuerpo al conjunto de José Miguel Campos. El esférico quedó muerto y nadie lo resucitó. Habría sido un comienzo magnífico para unos intereses puertorrealeños que finalmente se quedarían sin premio.

Miguel Ángel, tan peleón como en la ida en Molina de Segura y con la misma falta de puntería, aunque disfrutando de menos llegadas, tuvo en su cabeza antes del cuarto de hora el gol, objetivo marcado en rojo durante toda la semana. Le faltaron centímetros al ex cadista. Otra pena.

Mientras el Puerto Real trataba de llegar con toque y mandaba en el centro del campo, el Murcia B comenzaba a avisar con balones colgados al área, pero la defensa verdiblanca se mostraba segura, con José Vicente bailando con la más fea, el torito Aquino. El futbolista grana estará hoy en el Santiago Bernabéu, donde se entregarán los premios a los mejores jóvenes del fútbol nacional. Ayer demostró más bien poco, pero resultó determinante a cinco minutos del final. Y eso en una eliminatoria de fase de ascenso tiene mucho mérito. Hizo que todo su equipo se fundiera en un abrazo.

Otro zurdo, Rafa Caro, andaba perdido en la banda derecha, esperando una oportunidad que no le llegó. El Murcia estaba bien posicionado, y parecía suficiente. Y asustó de nuevo justo antes del descanso. Otro balón muy por encima de la portería de Bocardo, ayer de amarillo chillón.

La segunda parte comenzó como acabó la primera, pero el partido se fue abriendo cada vez más. Se veía venir de lejos. El equipo que marcara, seguiría adelante en el duro camino hacia Segunda División B. Uno atacaba y el otro contestaba. Uno hacía un cambio y el otro una sustitución. Sinónimos sobre el buen césped del Sancho Dávila. Poco aportaron Pizarraya, Alexis y Juanmi. Algo más ofreció en el Murcia B Gonzalo, que nada más entrar al campo casi adelanta a los suyos.

De repente, el fútbol se paró. Lolo Hernández y Coke chocaron y el centrocampista rojillo caía desvanecido al campo sangrando y con los ojos vueltos. Gran susto. Lolo Hernández casi llorando de lo que le había entrado por el cuerpo. Finalmente quedó en eso, en un susto. El jugador abandonó el Sancho Dávila en una ambulancia, pero consciente.

El buen rollo que se formó entre los jugadores de uno y otro equipo mientras se atendía a Coke duró poco, como el sueño del Puerto Real. En el minuto 85, sin apenas tiempo para luchar por una remontada que obligaba a meter dos goles, el torito Aquino hizo una de las suyas. Entró en el área con todo el peso de su equipo en la espalda y remató a gol con la cabeza un buen centro desde la banda izquierda. Celebración en un banquillo, ambiente de funeral en el otro. Las fuerzas del Puerto Real no eran suficientes para echar el resto en los siete minutos de prolongación. Regalito de José Vicente a Aquino, tal vez por el gol, y amagos de trifulcas. Todo quedó en eso, un amago al ascenso a Segunda División B, un sueño por el que todavía peleará el filial del Murcia. El Tudelano será la última piedra en el camino hacia la categoría de bronce del fútbol español del equipo murciano.

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