El Cádiz B afronta hoy un partido con cierta dosis de trampa porque casi todo apunta a que los amarillos deben hacerse con los tres puntos en litigio sin demasiados problemas pero ciertas circunstancias relativas al adversario de turno no resultan tranquilizadoras para el líder.

El Cabecense llega al campo Ramón Blanco de las instalaciones de El Rosal ubicado en la zona peligrosa de la clasificación y con la condición de ser uno de los dos únicos integrantes del grupo que no han sido capaces todavía de sumar un triunfo lejos de su feudo. A ello se une la magnífica marcha de la escuadra entrenada por Mere, aún invicta como local, un honor tan solo compartido ya con el San Fermín de Puente Genil y el Guadalcacín.

En cualquier caso, el rival sevillano de este mediodía presenta otros números que sí que preocupan a los cadistas. La trayectoria del conjunto de Las Cabezas ha variado radicalmente desde que en su banquillo se sienta Antonio Falcón, hasta entonces al frente del Cádiz juvenil de División de Honor precisamente. De hecho, en las tres jornadas más recientes ha tomado mucho oxígeno al alinear dos triunfos y un empate.

A las archisabidas ausencias por lesión de Paco Olano, Ezequiel y Braganza -este ya ha empezado a incorporarse al grupo- se une en esta oportunidad la del delantero Seth Vega, que sufrió un esguince leve de rodilla en Sanlúcar que en principio solo le apartará una jornada de los terrenos de juego.

Mere alerta a sus pupilos: "No queremos que haya ningún tipo de confianzas. Ellos han mejorado y Falcón nos conoce muy bien porque trabajó con muchos de nuestros jugadores en el juvenil".