El buen funcionamiento del Big Three de Boston, formado por Kevin Garnett, Ray Allen y Paul Pierce, llevó a los Celtics a una victoria clave contra Detroit (106-102) que deja la final de la Conferencia Este muy favorable para Boston (3-2), a las puertas de su primera final en 21 años.

Las dos franquicias más laureadas de la NBA se encuentran a un triunfo de revivir la final que disputaron en la temporada 1986-1987, cuando Magic Johnson y Larry Bird vivían aquellos duelos marcados con letras de oro en la historia de la competición. Celtics (16 anillos) y Lakers (14 anillos) tienen ahora a tiro revivir aquella rivalidad dos décadas después.

Con el perímetro asegurado, el dominio del conjunto local se hizo especialmente acusado debajo de los tableros gracias al trabajo de un sorprendente Perkins (18 puntos y 16 rebotes) que anuló a los Pistons.

Boston logró 17 capturas más que su rival (42 frente a 25) que aprovechaba continuamente Kevin Garnett para convertirse en el máximo anotador del partido con 33 tantos, ayudado también por las 13 asistencias que repartió Rajon Rondo.