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Carbón en un jarro de agua fría

  • Desilusión Los Reyes no son Magos pese al empuje de una afición helada por el 0-1 pero entusiasta con los suyos

Carranza asistió a un comienzo de año decepcionante para todo el cadismo. El tempranero gol del Málaga fue en realidad el augurio de un duro golpe a la buena racha de resultados que el conjunto amarillo había encadenado en las últimas jornadas de 2007. Una desilusión, además, en un día muy señalado. Los Reyes Magos dejaron carbón en vez del esperado regalo en forma de tres puntos y el sueño de continuar escalando hacia los puestos de ascenso a Primera División se convirtió en una pesadilla desde bien pronto, los 12 segundos que tardó Baha en marcar el 0-1, un jarro de agua fría en una noche no tan gélida.

Lástima porque la grada estaba preparada para celebrar una gran alegría. Lástima porque la afición cadista superó por goleada a la malacitana en presencia y ruido. Y lástima porque la siempre deseable ausencia de incidentes no se vio acompañada por un ambiente festivo en los aledaños del estadio al concluir el encuentro. Una pena, pero así es el fútbol: premio al oficio y la suerte; severo castigo para la entrega, las ganas y la falta de acierto en el remate.

Los aproximadamente 14.000 aficionados apenas se habían acomodado en sus asientos y lo más importante del partido había pasado. En un visto y no visto. Sí que hubo magia en la noche de la víspera de Reyes, pero favorable a los intereses del cuadro visitante, animado en Preferencia por unos 250 seguidores que viajaron en su mayoría en dos autocares.

El choque había sido catagolado de alto riesgo, la infrecuentemente utilizada red de protección para la salida del vestuario dio la bienvenida a los jugadores y el aliento de la hinchada, volcada como siempre, se entrecortó a las primeras de cambio. Estaban avisados del alto riesgo. Calderón reconoció que sabían que el Málaga tenía una acción ensayada para el saque de centro. Y le funcionó.

El cadismo reaccionó al palo con más madera. El fuego de la caldera, sin embargo, se fue apagando a medida que pasaban los minutos. Un disparo alto de Fleurquin, el gol anulado a Hidalgo y otro buen balón enganchado por Enrique volvieron a encender a los aficionados, que no obstante despidieron el periodo divididos entre los aplausos de reconocimiento al esfuerzo y los pitos dirigidos especialmente a Nano por dos opciones desperdiciadas.

Fondo Sur lideró después el empuje del cadismo, justificado en la mejoría del equipo e impulsado aún más por la roja a Gámez. Mas los destellos de la esperanza resultaron insuficientes. La grada puso su parte, el Cádiz también. Pero los Reyes no fueron Magos.

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