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Cábalas, rituales y supersticiones

  • Ante la dificultad de conseguir una medalla en los Juegos, los deportistas acuden a cualquier tipo de ayuda 'divina'

La inauguración de los Juegos de Pekín el 08/08/08 no parece ninguna casualidad en un país muy supersticioso, que durante 17 días verá alimentar esas creencias con cábalas que pondrán en práctica los atletas olímpicos, que buscan aliarse con la diosa fortuna con pequeñas rutinas.

El mundo del deporte es un libro abierto a la hora de construir cábalas para ganar partidos o campeonatos, en base a creencias personales que poco tienen que ver con los hechos factuales, aunque los implicados siguen al pie de la letra, pues les aporta una fuerza psicológica extra.

El 2008 es año bisiesto y según la numerología es un año cabalístico, de buen augurio para muchos, aunque los desastres naturales que sufrió China llevó a gran parte del pueblo, hiper supersticioso, a relacionarlas con la maldición de los Fuwa, las cinco mascotas olímpicas.

Pero para los deportistas la historia es diferente. El jugador de baloncesto estadounidense Michael Jordan, campeón olímpico en Barcelona 1992, ganó todo lo posible en los rectángulos, aunque alguna vez confesó que su secreto era "usar sus pantaloncillos universitarios de la suerte debajo de su uniforme".

Sin embargo, es en el fútbol donde se respira uno de los ambientes más supersticiosos con diferencia. Ocupar el mismo asiento en el traslado del hotel al estadio, utilizar la misma camisa o traje en el caso de los entrenadores, forma parte del repertorio clásico futbolístico, así como ver al brasileño Ronaldo, bronce en Atlanta 1996, saltar siempre al campo con el pie derecho.

El técnico mexicano Hugo Sánchez, que como jugador jamás tiraba a puerta en el calentamiento "para no gastar goles", también confía en fuerzas sobrenaturales: antes del pitido inicial, realiza una serie de movimientos complejos. Pero no siempre hay suerte con ellos, pues fracasó en el reto de llevar a la selección mexicana a Pekín y fue destituido.

El español Gervasio Deferr, bicampeón olímpico en gimnasia , antes de cada rutina repite mecánicamente la misma frase para afinar su concentración: "lo que hace falta antes de un buen ejercicio es una ducha de agua fría". Y parece que da resultado, porque es firme candidato a un triplete histórico.

Entre los tenistas, la número uno del mundo, Ana Ivanovic, nunca pisa las líneas de la pista entre punto y punto, y su otro ritual es botar la pelota una sola vez antes del servicio. Sin embargo, su compatriota Novak Djokovic hace lo contrario: a veces hace botar más de 15 veces la bola antes de servir.

Un especial augurio sintió la ciclista colombiana María Calle en Atenas 2004, cuando "se levantó, recibió el número con el que iba a competir y sintió una señal: el sábado en la prueba de persecución individual corrió con el 9 y quedó novena. En la de puntos, usó la tres y llegó tercera", reveló en su edición impresa el diario El Tiempo.

El pítcher Pedro Luis Lazo, mejor beisbolista cubano que va por su tercera medalla de oro en sus cuartos Juegos, se pone una toalla blanca sobre la cabeza cuando está en el banquillo, ya que es su particular "gesto de santería". "Los jugadores somos muy supersticiosos. Eso es algo que hacemos porque nos sentimos cómodos. El pueblo cubano también lo es, aún más que nosotros", resumió.

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