Baloncesto l Final a Cuatro de la Euroliga

El CSKA, de Madrid al cielo

  • La escuadra rusa se impone al Maccabi israelí en un encuentro digno de una final

El CSKA Moscú subió a los cielos de Europa desde la capital de España, que contempló el triunfo del conjunto ruso sobre el Maccabi Tel Aviv israelí en la final de la Euroliga como una película de trama esperada y desenlace conocido, anunciada tiempo atrás y ejecutada milimétricamente por los ex soviéticos, campeones continentales por sexta vez, dos veces menos que el Real Madrid.

El título y el subcampeonato de esta Euroliga, la del cincuenta cumpleaños de la competición, ha correspondido a dos equipos tan grandes que el orden en la asignación de ambas plazas bien podría haber sido otro. Estas plantillas no tienen más que un competidor, el Panathinaikos griego, campeón saliente, que esta temporada se quedó por el camino.

CSKA y Panathinaikos libraron un partido por el campeonato vibrante, sin complejos, fieles al estilo que profesan y dispuestos a ganar o perder tal y como son. Si algo caracteriza a las plantillas dirigidas por el recién renovado Ettore Messina -el italiano ha firmado un nuevo acuerdo por una temporada con opción a otra-, y por Zvi Sherf, historia viva del club macabeo, es el gusto por el baloncesto de ataque. Fue un partido digno de una final europea.

Destacar que el alero estadounidense del CSKA Moscú Trajan Langdon fue el jugador más valioso de la Final a Cuatro.

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