Es cierto, y ya van dos, que se te queda cara de tonto. Y es cierto que es doloroso para el que va delante en el marcador que le igualen en los últimos diez minutos, así como la otra cara de la moneda es para el que consigue, tras ir remando a la desesperada, igualar una contienda perdida.

Pero lo más cierto es que estas situaciones no hacen más que engrandecer este bendito deporte, que se convierte en espectáculo cuando viene precedido de la intensidad, el buen juego, las ganas, el acierto y la lucha de dos equipos que se merecen, sin duda alguna, terminar la temporada con la guinda del pastel en sus manos y disputar la fase de ascenso.

San Fernando y Balona, isleños y linenses protagonizaron ayer un derbi de los de antes, apasionante, que no quedó resuelto hasta los instantes finales, que tuvo 80 minutos un vencedor y al final una igualada insospechada, pero que tuvo una tremenda intensidad en su desarrollo.

Vamos por parte. En el análisis, lo más justo es decir que los visitantes pusieron el dominio y los locales las ocasiones. Bien es cierto que los azulinos contaron con suficientes argumentos, traducidos en ocasiones, para sentenciar el choque, pero también no es menos cierto que tras el dos a uno se amilanaron, acobardaron y no creyeron en sí mismo y eso le costó la igualada.

Y eso que fueron los de Masegosa los que comenzaron dando a su rival. Ya a los seis de juego, Álvaro hizo que el cuero se pasease, con un desconcertante equilibrio en la parte superior del travesaño de Mateo y en el 17' Carlitos lanzó alto una asistencia de Pedro Carrión.

La Balona daba muestras de buen hacer, dominaba por parte, sin concretar y no dejaba el partido en manos del San Fernando que, no en vano, echaba mano del característico coraje para, a empujones, crear ocasiones de gol. Los visitantes contaron con su mejor oportunidad en el 34' cuando un disparo lejano botó en el pecho de Valle y el rechace, en franca posición fue lanzado por Carlos Guerra alto.

Un minuto después llegó una de las jugadas claves del encuentro. Carlitos se marcha por el centro a pase de Cristian y cuando encara a Mateo es derribado claramente. Solamente el colegiado no vio el penalti que hubiese significado el primer cambio de rumbo del partido.

Esa jugada envalentonó a los de La Isla que anotaron su primer gol obra y gracia del trabajo del banquillo azulino. Una falta en tres cuartos de campo es lanzada por Carlitos a la zona izquierda del ataque local. Varios jugadores habían arrastrado a la defensa linense al otro punto del campo para dejar en solitario a Álvaro. El pequeño extremo, tras un magnífico control centró para que Sambruno anotase de cabeza. Gol para analizar, para saborear y para dar paso a los mejores minutos de los azulinos hasta el descanso.

Tras el obligado parón, la Balona salió a morder dejando, lógicamente, todo el espacio del mundo en la retaguardia. El riesgo visitante no le salió nada bien, porque los isleños, en 10 minutos hicieron mucho más daño que durante toda la primera mitad.

Emergió la figura de Carlitos que dio pases a diestros y siniestros. El primero en el minuto 47, ese que dejó en solitario a Adri Cuevas que encaró acompañado de Cristian a Mateo. El jerezano cedió con generosidad el cuero al coriano que, solamente para empujarla, cedió el tiempo necesario para el lucimiento del propio Mateo. Increíble.

La segunda de Carlitos, dejó en solitario a Pedro Carrión, pero su disparo se fue fuera. Y la tercera y definitiva fue un calco de la primera pero con el delantero centro y el sevillano como protagonistas. Cristian se acordó de lo que perdonó y, en esta ocasión machacó el dos a cero.

Ahí terminó el partido para los isleños, a pesar de que restaba media hora para el final. El mando correspondió a la Balona, que tenía la pelota y aunque no llegaba a las inmediaciones de David Valle, si era dueño del balón y del choque y eso resultaba tremendamente peligroso.

Los de Escobar no estuvieron el año pasado en fase de ascenso y este año inmersos entre los cuatro primeros por casualidad y poco a poco, mientras el partido se apagaba, ellos comenzaban a revivir y a resucitar en un Domingo propicio para ello.

El dos a uno de David Hernández hizo aparecer en los isleños el fantasma del día del Sanluqueño y los jugadores azulinos se miraron, en el 83' con cierto temor y resquemor.

Fue un intento de decidir si tirar para adelante y buscar el tercero o guardar lo que se tenía con toallas mojadas. Y a fe que la segunda no fue la mejor opción. Conforme los minutos pasaban, el temor aumentaba y finalmente llegó lo que se temía, la igualada incomprensible, impensable, incongruente.

La Balona dejaba, de nuevo, a los isleños con esa cara de tonto. Era un pago demasiado doloroso por segunda vez consecutiva y, en esta ocasión el pago tiene como consecuencia salir de entre los cuatro primeros. En el 80, el San Fernando era tercero en la tabla, y diez minutos después los de Masegosa son sextos. Aún así, bendito deporte.

Árbitro: Fernández Brito (tinerfeño). Mal. Se tragó un claro penalti a Carlitos en el 35'. No estuvo acertado.

Tarjetas: Amarillas Germán (31'), Carlos Guerra (39'), Ismael (40'), Pecci (60'), Bello (60'), Rubén Cuesta (62'), Carlitos (71') y Javi Gallardo (77').

Goles 1-0 (40') Centro de Álvaro que cabecea Sambruno. 2-0 (57') Cristian Terán por bajo a pase de Pedro Carrión. 2-1 (83') Centro de Ezequiel que remata a bocajarro David Hernández. 2-2 (87') Fallo que aprovecha David Hernández.

Incidencias: Unos dos mil espectadores en el Iberoamericano de Bahía Sur, unos 300 llegados de La Línea.