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San Fernando-Calahorra

¡Bendito espectáculo! (2-1)

  • El San Fernando realiza uno de los mejores partidos de la temporada y merece mayor renta frente al Calahorra Tras el tanto del visitante Marcos, Edgar anota dos grandes goles

Los play-offs son especiales. Son distinto a todo. Son el fútbol en su máxima expresióna. Son un espectáculo que gusta, que hacen sentir pasiones y que hacen del balompié un deporte de ilusión. 

 

Eso fue ayer el fútbol en San Fernando, un bendito espectáculo. Algo que se te queda en la retina y que con el paso del tiempo recuerdas con agrado.

 

Ayer, el San Fernando fue el más grande que se ha visto esta temporada. Estuvo colosal, con el viento en contra, con el agua al cuello, con la soga a punto de pegar el último tirón. Ayer vimos a un San Fernando encastado, intenso, con el cuchillo entre los dientes y con unas ganas tremendas de dar la alegría que dio a la afición azulina, que respondió con la algarabía que le contagiaba el equipo. Ayer fue uno de esos días que tienen que quedar en la retina.

 

Y todo ello, porque se tuvo que poner toda la carne del mundo en el asador para remontar un partido muy complicado, ante un rival que, a las primeras de cambio, quiso noquear a los azulinos, que se levantaron de la lona apretando los dientes para mostrar su mejor cara.

 

De inicio, Antonio Méndez volvió a apostar por los que habían vencido en Barcelona. No cambiando mucho lo que funcionaba. Por ello, el San Fernando ofreció su línea habitual de cuatro en defensa, Lolo Garrido como pivote por delante, Pepe Carmona, como enlace, tres hombres por delante, dos en bandas, Iván y Ñoño, que alternaban posiciones y Dani Martínez de media punta y Edgar en punta.

 

Pues con esto, los primeros compases del partido fueron desconcertantes. El Calahorra llegó con la clara intención de hacer daño lo antes posible. Y a fe que los riojanos lo hicieron.

 

En un visto y no visto, cuando el equipo azulino ni se había enterado de dónde estaba, Nacho puso a prueba Fran con un disparo que el cancerbero azulino despejó a córner con muchos apuros. De ese saque de esquina salió el mayor de los jarros de agua fría. Un balón suelto en la boca de gol fue rematado hasta dos veces por Marcos. Cero a uno y vuelta a empezar. La misma película que hace 14 días.

 

La diferencia de ayer con el partido ante el Europa es que el San Fernando no tardó ni medio segundo en reaccionar. Los de Méndez comenzaron a carburar de una forma impresionante y, con continuos robos, presión asfixiante, intensidad, profundidad y remate, pusieron entre las cuerdas a un rival que, si había desconcertado en el inicio, se encontraba desconcertado ante el mejor juego de los azulinos.

 

Con ello comenzaron a llegar las ocasiones de gol. El único lunar era la cantidad de fallos que se tenían en el remate final de jugadas hechas de una manera brillante.

Así, en el 10' una jugada de Iván era rematada por Pepe Carmona, desde el punto de penalti alto. En el 14' un pase de Edgar a Ñoño encontraba la respuesta de un remate del goleador isleño ajustado al poste. En el 17' era el propio Ñoño el que disparaba abajo y atajaba Txerra. En el 20' Sergio Ceballos en franca posición mandaba el cuero alto. En el 21' Edgar a bocajarro no podía terminar de sortear al cancerbero riojano. Y en el 22' Sergio Ceballos contaba con una doble oportunidad.

 

Era impresionante la conexión establecida entre gradas y equipo. Todo el recinto era una fiesta, pero el gol no llegaba y eso creaba un cierto clima de desesperación.

La primera parte terminó con un remate de Sergio Castillo a la salida de una falta que rozó la base del poste y, sobre todo, con una gran oportunidad de Pepe Carmona en el descuento a pase de Dani Martínez. Su remate no encontró gol. A la caseta con el sinsabor de las cosas bien hechas, pero no culminadas.

 

En la segunda parte no cambió  en exceso el decorado y, tanto fue el cántaro a la fuente, que terminó por romperse.

 

Antes del primer gol de Edgar, Iván, en el 49' se convirtió en el más listo de la clase. Una cesión al portero del Calahorra era interceptada por el jugador azulino que con la punta de la bota tocó el cuero. El esférico dio en el portero y el rechace en el pecho del delantero local. Pero la bolita no quería entrar y se marchó fuera.

 

Tuvo que ser Edgar, que estaba cuajando una impresionante actuación, el que rematase en el primer palo un centro abajo de Amarito. Era el empate y el júbilo en las gradas.

 

Ya parecía no frenar nadie el tren que el San Fernando había puesto en marcha y siete minutos después del primer tanto, al propio Edgar le cayó el cuero dentro del área, se revolvió y de tiro cruzado, tan cruzado que dio en la parte interior del poste y anotó el dos a uno ante el delirio de todos. Era la remontada, la justicia, la algarabía y la esperanza.

 

Pero a partir de la remontada, el San Fernando comenzó a pagar el esfuerzo y, poco a poco, aunque seguía intentándolo, las fuerzas comenzaban a abandonar a los de Méndez que, cuando el partido entraba en su recta final, comenzaban a pasar un calvario. 

 

Tampoco parecía que los de La Rioja tuvieran fuerzas para poco más y con una lucha titánica se llegó al final de un partido que tuvo muchos minutos de un ritmo muy elevado y que agradó de manera sobresaliente a los que se habían dado cita en el Iberoamericano de Bahía Sur.

 

Ahora solamente queda confiar en el equipo en el partido de vuelta, ese donde los isleños se jugarán el todo o nada. La cita, en siete días.

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