Se declara el alto el fuego. Esta tarde el Algeciras tiene una cita importante ante el Linares, motivo suficiente para que la guerra interna desatada a principios de semana quede aparcada hasta mañana. Tanto el patrocinador del club, Miguel Ángel Verdejo, en un bando, como los trabajadores, por otro, afirman que hoy lo que importa es el partido. Es lo único en lo que coinciden.

Pero la realidad es que al margen de la batalla dialéctica, el equipo albirrojo llega al encuentro ante el tercer clasificado después de cinco jornadas sin haber sumado una victoria, si bien hace dos semanas la rozó ante el Betis B y en la última -en el Murube de Ceuta- se le resbaló de entre los dedos en el minuto 90.

El lastre del conjunto algecirista están siendo las bajas. Hoy puede tener siete, una cifra habitual casi desde que comenzó la temporada. Ante el Linares no podrán jugar los sancionados Pedro, Juampe y Borrallo; los lesionados May, Curro y Manu Barreiro; además, el defensa José Luis Rico ha sufrido una gastroenteritis y esta contingencia le convierte en duda para el encuentro. En cambio Montes recupera para la causa a Francis Flores y Checa, que estaban sancionados la pasada jornada.