El Algeciras es el último clasificado del grupo IV de Segunda B y lo es por méritos propios porque la derrota de ayer en Puertollano no tiene disculpa, ni siquiera por la mejora de la imagen en la segunda parte tras un comienzo penoso. Que reflexione quién tenga que reflexionar y cada palo que aguante su vela porque lo único cierto es que la situación va a peor conforme pasan las jornadas. Las justificaciones sobran tras el último encuentro de Liga. El primer tiempo se pudo convertir en una pesadilla para el Algeciras si el Puertollano hubiera transformado todas las oportunidades de las que dispuso porque el equipo de casa fue el único que mandó. Tras variadas y buenas ocasiones, el gol del Puertollano tenía que llegar de alguna manera y un centro de Amores desde la banda derecha fue rematado por David Gallo raso y con mucha tranquilidad desde el punto de penalti. El Algeciras se estiró tímidamente tras encajar el gol, pero sin apenas crear peligro.

La actitud de los de José Luis Montes fue diferente en la segunda parte, al menos el Algeciras dio la sensación de que quería algo, pero con mucha impotencia y creando poco peligro. Checa, que entró en sustitución de Pedro en los últimos minutos, tuvo el gol en sus botas en el minuto 84 tras un disparo desde el área grande que Amores sacó en la línea de gol. Francis Flores centró en el 88' y Lucas cabeceó fuera cuando todo el banquillo algecireño ya celebraba el empate. Lucas y Checa, cabecearon fuera en los minutos de tiempo añadido. El Puertollano se asustó y el Algeciras acabó el partido atosigando a su rival sin éxito.